Este viernes 6 de junio, en el muelle de Salinas, provincia de Santa Elena, se vivió un momento de intensa emoción cuando tres pescadores fueron recibidos entre lágrimas y abrazos tras 15 días de desaparición en altamar. José Antonio Suárez Reyes, Juan Alejandro Lucas y Juan Fernando Merejildo habían zarpado desde el puerto de Santa Rosa el pasado 22 de mayo para una jornada habitual de pesca artesanal.
Desde entonces, sus familiares no tuvieron noticias de ellos, lo que generó preocupación y movilizó a la comunidad y autoridades en labores de búsqueda. La falta de comunicación elevó el temor de un naufragio, pero la esperanza se mantuvo firme.
Pescadores a la deriva por más de 180 millas náuticas
Según relataron los propios pescadores tras su llegada, la avería del motor de su embarcación los dejó completamente a la deriva, sin posibilidad de emitir un llamado de auxilio. Fueron arrastrados más de 180 millas náuticas mar adentro por las corrientes oceánicas. Sobrevivieron con los recursos disponibles y con el agua de lluvia que lograban recolectar.
Los pescadores afirmaron que nunca perdieron la fe, y cada día esperaban ser encontrados. Finalmente, una embarcación que transitaba por la zona los avistó y coordinó su rescate. De inmediato, las autoridades marítimas fueron notificadas y se organizó su retorno seguro a tierra firme.
Agradecimientos y protocolos tras el rescate
Al pisar tierra, los tres hombres fueron sometidos a una revisión médica preventiva, que confirmó que se encontraban en condiciones estables, aunque con signos evidentes de deshidratación y fatiga. Sus familiares agradecieron a la Armada del Ecuador, pescadores voluntarios y a todas las personas que participaron en la búsqueda.
“La fe fue más fuerte que el miedo”, expresó un familiar al recibirlos. También solicitaron mayor apoyo institucional para que embarcaciones artesanales cuenten con equipamiento de emergencia, como radios satelitales o GPS de rescate.
Seguridad marítima: una deuda pendiente
El caso ha reactivado el debate sobre la seguridad de la pesca artesanal en Ecuador, una actividad en la que participan más de 50.000 personas en todo el país. Muchos pescadores operan con limitados recursos tecnológicos, lo que incrementa el riesgo ante fallas mecánicas o fenómenos naturales.
Las autoridades marítimas indicaron que se realizará una revisión técnica de la embarcación afectada y recordaron la importancia de cumplir con los protocolos de navegación, que incluyen el uso de sistemas de geolocalización, chalecos salvavidas y señalizadores de emergencia.
Mientras tanto, en Santa Rosa y Salinas, el reencuentro de estos tres hombres con sus familias ha sido celebrado como una muestra de resistencia, esperanza y comunidad. (12)