Una violenta riña callejera ocurrida en Montecristi, Manabí, dejó dos personas heridas, un policía en servicio activo y un civil. Ocurrió en la madrugada del 18 de mayo de 2025. El incidente, desatado en la intersección de las calles América y Guillermo Balda, comenzó con la agresión a un joven, hijo del uniformado, y escaló hasta el uso de un arma de fuego y un ataque con arma blanca. La intervención policial derivó en un enfrentamiento que refleja las tensiones de la inseguridad en zonas urbanas.
A las 04:00 de la madrugada del domingo, la parroquia Aníbal San Andrés, en Montecristi, fue escenario de una riña que comenzó como una pelea entre un grupo de seis personas y un joven. Quien es el hijo de un policía en servicio activo. Según el informe policial, el uniformado recibió una alerta sobre la agresión y se dirigió a la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) más cercana para solicitar apoyo. Sin embargo, al llegar, encontró que no había personal disponible, lo que lo obligó a enfrentar la situación en solitario.
Al llegar a la intersección de las calles América y Guillermo Balda, el policía observó cómo el grupo continuaba agrediendo a su hijo. En un intento por dispersar a los atacantes de la riña, el uniformado se identificó como autoridad, pero fue recibido con amenazas. Los agresores, según el reporte, mencionaron ir por “fierros” (armas), lo que intensificó la tensión en el lugar.
Disparos y puñaladas: La escalada del conflicto
Ante la negativa del grupo a detener la agresión, el policía sacó su arma de dotación, un revólver calibre nueve milímetros, y realizó varios disparos. Uno de los proyectiles impactó en el glúteo de Javier A., un civil que se encontraba en las inmediaciones de la riña. Aunque las detonaciones lograron dispersar momentáneamente a los agresores, estos regresaron al lugar, uno de ellos armado con un cuchillo.En un acto de violencia directa, el atacante apuñaló al policía en el brazo izquierdo, dejando el arma blanca incrustada en su cuerpo. El uniformado, herido, no pudo evitar la huida de los agresores, quienes abandonaron la escena de la riña, tras el ataque. La gravedad del enfrentamiento dejó en evidencia los riesgos que enfrentan los agentes en situaciones de alta tensión.
Respuesta de emergencia y hallazgos
La llegada de paramédicos del Cuerpo de Bomberos al lugar de la riña permitió estabilizar a los heridos en el lugar. Tanto el policía como Javier A., fueron trasladados al Hospital del Seguro Social de Manta, donde permanecen internados bajo observación médica. El informe policial no detalla el estado actual de los pacientes, respetando los protocolos de privacidad.
Personal de la Unidad de Criminalística acudió al lugar de la riña para recolectar evidencia. En la escena se encontraron varios casquillos de bala calibre nueve milímetros, que serán analizados como parte de la investigación. Las autoridades no han revelado si se han identificado a los agresores ni si hay detenciones relacionadas con el caso, manteniendo la presunción de inocencia y evitando filtraciones que puedan comprometer el proceso. (27)