Un estudio publicado el 13 de mayo de 2025 en Nature Genetics identificó 25 genes asociados al trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Liderado por la Universidad de Dalhousie (Canadá) y con aporte de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), analizó 53.660 casos en múltiples países para avanzar en tratamientos.
Un hito en la investigación del TOC y de los genes
Un equipo internacional de científicos logró un avance significativo en la comprensión del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). El estudio, publicado en Nature Genetics, identificó 30 regiones específicas del ADN relacionadas con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad mental. De estas regiones, los investigadores destacaron 249 genes, de los cuales 25 muestran una fuerte asociación con el TOC.
La investigación, liderada por Manuel Mattheisen, titular de la Cátedra de Investigación de la Universidad de Dalhousie, es el mayor análisis genómico sobre el TOC hasta la fecha. Requirió 20 años de recolección de muestras y la colaboración de más de 200 especialistas de todo el mundo. Los científicos analizaron 53.660 casos de TOC y más de dos millones de controles.
La Universidad de Santiago de Compostela (USC) jugó un papel clave en el proyecto. El catedrático Ángel Carracedo coordinó la contribución española desde el Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS).
Metodología rigurosa y colaboración global
El estudio empleó técnicas avanzadas de genotipado y análisis estadístico. Los investigadores recopilaron muestras genéticas durante dos décadas, lo que permitió analizar un volumen de datos sin precedentes en la investigación del TOC.
La colaboración internacional incluyó expertos de Canadá, Estados Unidos, España y otros países. La diversidad de las muestras genéticas fortaleció la validez de los resultados. Cada caso se comparó con controles para identificar variantes genéticas asociadas al riesgo de TOC.
El CiMUS de la USC aportó experiencia en genética y análisis molecular. Los investigadores españoles colaboraron en la identificación de los 25 genes más relevantes. Este esfuerzo conjunto garantizó un enfoque integral y riguroso.
Genes y circuitos cerebrales implicados
Los 25 genes identificados están vinculados a regiones cerebrales específicas. Estas áreas regulan la toma de decisiones, la memoria y funciones cognitivas de alto nivel. Carol Mathews, presidenta del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Florida y autora principal, explicó que el TOC no depende de un solo gen. “Es una enfermedad de circuitos y cientos de genes”, afirmó.
El estudio reveló que el TOC comparte bases genéticas con otros trastornos psiquiátricos, como el síndrome de Tourette, la anorexia nerviosa, la ansiedad y la depresión. Esta conexión sugiere que los tratamientos podrían beneficiarse de enfoques compartidos para trastornos relacionados.
Manuel Mattheisen destacó la interacción entre factores genéticos y ambientales. “Muchas regiones del genoma contribuyen al riesgo de TOC”, señaló. Estas regiones afectan múltiples circuitos cerebrales, no una zona específica del cerebro.
Implicaciones para el tratamiento del TOC
Los hallazgos abren nuevas posibilidades para el desarrollo de terapias. Varios de los 25 genes son candidatos prometedores para tratamientos farmacológicos, según Carracedo. Estos genes se expresan en neuronas asociadas a funciones cognitivas clave.
Actualmente, el TOC no tiene cura. Los tratamientos disponibles incluyen la terapia cognitivo-conductual, como la prevención de exposición y respuesta, y medicamentos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). La estimulación magnética transcraneal, un procedimiento no invasivo, también se utiliza para estimular células nerviosas. Los nuevos datos podrían mejorar estas terapias o inspirar medicamentos innovadores.
Carracedo subrayó el potencial terapéutico de los genes identificados. “Podrían servir como dianas para nuevos fármacos”, afirmó. Esto incluye el desarrollo de tratamientos dirigidos a circuitos cerebrales específicos afectados por el TOC.
Contexto del TOC a nivel global
El TOC afecta al 1% de la población mundial, es decir, una de cada 100 personas. Los síntomas suelen manifestarse en la adolescencia o adultez temprana. Sin tratamiento, el TOC puede volverse crónico y afectar gravemente la calidad de vida. Las obsesiones pueden incluir miedos irracionales, como la contaminación, mientras que las compulsiones abarcan acciones como lavarse las manos repetidamente.
El impacto del TOC varía según la persona. Algunos pacientes experimentan síntomas leves, mientras que otros enfrentan dificultades significativas en su vida diaria. La detección temprana y el tratamiento adecuado son cruciales para mitigar sus efectos.
Avances previos y evolución de la investigación de los genes
Cuando comenzó la investigación, los científicos creían que el TOC estaba causado por uno o dos genes. Carol Mathews explicó que esta idea inicial evolucionó con el tiempo. “Descubrimos que es una enfermedad compleja con múltiples genes y circuitos cerebrales”, señaló.
Estudios previos habían identificado regiones genómicas asociadas al TOC, pero con menor precisión. El nuevo estudio es el primero en lograr un progreso sustancial en la identificación de loci de riesgo genético. Estos loci son ubicaciones específicas en los cromosomas donde las variantes del ADN aumentan la susceptibilidad al TOC.
El análisis de 53.660 casos permitió a los investigadores mapear estas regiones con mayor detalle. Los resultados confirman que el TOC es una enfermedad poligénica, influenciada por cientos de genes que interactúan entre sí.
Relevancia de los hallazgos para la medicina personalizada
Los 25 genes identificados representan un paso hacia la medicina personalizada. Los tratamientos podrían adaptarse al perfil genético de cada paciente. Esto mejoraría la eficacia de las terapias y reduciría los efectos secundarios.
Por ejemplo, los medicamentos podrían diseñarse para actuar sobre los circuitos cerebrales específicos afectados por los genes identificados. Esto contrastaría con los enfoques actuales, que a menudo son generales y menos precisos.
La estimulación magnética transcraneal también podría beneficiarse de estos hallazgos. Los investigadores podrían optimizar este tratamiento para targeting las regiones cerebrales vinculadas a los 25 genes.
Impacto en la comunidad científica y médica
La publicación en Nature Genetics ha generado entusiasmo en la comunidad científica. Los hallazgos no solo avanzan la comprensión del TOC, sino que también tienen implicaciones para otros trastornos psiquiátricos. La conexión genética con la ansiedad, la depresión y otros trastornos abre nuevas líneas de investigación.
El CiMUS de la USC destacó la importancia del estudio para la investigación médica en España. “Es un ejemplo de cómo la colaboración global impulsa el conocimiento”, afirmaron. La participación de la USC refuerza su prestigio como centro de referencia en genética.
Los investigadores planean continuar analizando los 25 genes y su interacción con factores ambientales. También buscarán identificar otros genes que puedan contribuir al riesgo de TOC.
Perspectivas futuras y próximos pasos
El equipo internacional ya trabaja en los próximos pasos. Una prioridad es profundizar en los 25 genes y su papel en los circuitos cerebrales. Los investigadores también estudiarán cómo los factores ambientales modulan la expresión de estos genes.
Otro objetivo es desarrollar biomarcadores para el TOC. Estos marcadores permitirían diagnosticar el trastorno de manera más temprana y precisa. También facilitarían el seguimiento de la respuesta al tratamiento.
La colaboración global seguirá siendo clave. Los investigadores planean ampliar el número de casos analizados y diversificar las poblaciones estudiadas. Esto garantizará que los resultados sean aplicables a diferentes grupos étnicos y geográficos.
Llamado a la acción para la sociedad
El estudio subraya la importancia de la investigación médica para abordar enfermedades mentales. El TOC, aunque afecta a un porcentaje pequeño de la población, tiene un impacto significativo en quienes lo padecen. Los avances genéticos ofrecen esperanza para mejorar su calidad de vida.
Organizaciones de salud mental han acogido los hallazgos con optimismo. Instan a los gobiernos y al sector privado a financiar más investigaciones sobre el TOC. También piden mayor conciencia pública sobre la enfermedad para reducir el estigma.