Belén Fontán Calvo, nutricionista del Ruber Juan Bravo, revela cómo el peso y la dieta influyen en la fertilidad, ofreciendo claves alimenticias para mejorar las probabilidades de embarazo.
La especialista Belén Fontán Calvo advirtió el 25 de febrero de 2025 en Madrid que el exceso y la falta de peso afectan negativamente la fertilidad de hombres y mujeres, destacando la importancia de la nutrición para quienes buscan concebir, según una entrevista con Europa Press.
La relación entre el peso y la fertilidad ha tomado protagonismo en el ámbito de la salud reproductiva. Belén Fontán Calvo, nutricionista del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo en Madrid, detalló cómo los extremos de peso impactan la capacidad de concebir. Tanto la obesidad como el bajo peso alteran procesos hormonales clave, afectando a hombres y mujeres por igual.
Fontán explicó que, en mujeres, la obesidad puede provocar problemas de ovulación y ciclos menstruales irregulares. Estas condiciones están vinculadas al síndrome de ovario poliquístico (SOP), que afecta al 10-15% de las mujeres en edad reproductiva, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Además, el exceso de peso eleva el riesgo de aborto espontáneo, complicando aún más la fertilidad.
En hombres, el panorama no es menos preocupante. La especialista señaló que la obesidad reduce la calidad seminal, disminuyendo la concentración de espermatozoides en hasta un 20%, según estudios citados por el Instituto Nacional de Salud de España (INE). El aumento del tejido graso también baja los niveles de testosterona y eleva la temperatura testicular, afectando la producción de semen.
El bajo peso también juega un papel importante
No solo el exceso de peso compromete la fertilidad. Fontán destacó que el bajo peso en mujeres puede retrasar la primera menstruación o provocar su ausencia durante meses, un trastorno conocido como amenorrea secundaria. Esto ocurre porque el cuerpo, al carecer de reservas energéticas suficientes, prioriza funciones vitales sobre la reproducción.
En el caso masculino, aunque menos estudiado, el bajo peso puede reducir la calidad del semen, según investigaciones del Hospital Universitario La Paz de Madrid. Fontán subrayó que un índice de masa corporal (IMC) por debajo de 18.5 en ambos sexos genera desequilibrios hormonales que dificultan la concepción. Por ello, mantener un peso saludable es esencial para optimizar la fertilidad.
La experta enfatizó que la alimentación es un pilar clave. “La nutrición es fundamental durante la búsqueda de un embarazo”, afirmó, resaltando que una dieta equilibrada puede contrarrestar los efectos negativos del peso en la fertilidad. Recomendó incluir alimentos específicos para mejorar las probabilidades de éxito reproductivo.
Alimentos que potencian la fertilidad
Fontán detalló que ciertos nutrientes favorecen la fertilidad al mejorar los procesos reproductivos. Entre ellos, destacó el zinc, presente en carnes magras, pollo, mariscos y huevos, con un aporte diario recomendado de 8-11 mg, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Este mineral apoya la división celular y la calidad seminal.
Asimismo, los alimentos ricos en fibra, como germen de trigo, salvado, alcachofas y espinacas, con un consumo ideal de 25-30 g al día, ayudan a reducir el riesgo de SOP en mujeres. El hierro, encontrado en carne magra, pescado y huevos, previene la anemia, un factor que afecta la energía en etapas iniciales del embarazo. Fontán sugirió un aporte de 15 mg diarios para mujeres en edad fértil.
Otros nutrientes clave incluyen el calcio, presente en lácteos y verduras como espinacas, con una recomendación de 1,000 mg diarios para fortalecer el sistema circulatorio y nervioso, y el ácido fólico, esencial para el desarrollo fetal, con una dosis de 400-600 µg al día, según la AESAN. Estos se encuentran en naranjas, brócoli y legumbres. El Omega-3 y antioxidantes también son necesarios para el equilibrio hormonal.
El mensaje de Fontán es claro: la nutrición adecuada no solo mejora la fertilidad, sino que prepara el cuerpo para un embarazo saludable. Con estas recomendaciones, quienes planean concebir tienen una herramienta concreta para aumentar sus posibilidades, respaldada por la ciencia y la experiencia clínica.
Kerlley Ponce