En el barrio San Carlos, Mirian Peña, residente desde hace una década, vive en la loma junto a 25 familias. Una urbanización privada en construcción preocupa por posibles riesgos a sus viviendas debido a la remoción de tierra.
Mirian contó que en 2024, el municipio de Manta instaló un sistema de alcantarillado y agua potable, beneficiando al sector y dejando atrás los sistemas sanitarios como pozos sépticos. Sin embargo, aunque las redes de agua potable llegan a cada lote, la falta de escrituras impide la instalación de medidores, afectando a residentes como Peña.
José Vivas, otro vecino, solicita que el municipio mejore las vías del barrio con material pétreo retirado de las calles rehabilitadas. Esta acción optimizaría la movilidad y aprovecharía recursos, según expresó, fortaleciendo la infraestructura del barrio San Carlos.
Por su parte, Rosalía Morales, coordinadora del sector, alertó sobre los peligros de la remoción de tierra en la construcción de la urbanización. “Las máquinas pesadas operan cerca de un poste de alta tensión, arriesgando la estabilidad del terreno”, denunció preocupada.
Moradores piden que Control Territorial inspeccione la remoción de tierra
Morales también pidió que el promotor informe a Control Territorial para supervisar las obras. La comunidad teme que la remoción afecte sus casas o derribe el poste, generando inseguridad en el barrio y posibles accidentes graves.
Además, la dirigente solicitó a técnicos de Cnel que reemplacen las lámparas dañadas en varias calles.
La comunidad de San Carlos demuestra resiliencia al enfrentar estos retos. A pesar de los avances en alcantarillado, la falta de servicios básicos y los riesgos de las obras privadas mantienen en vilo a las familias, que exigen soluciones inmediatas.
La dirigente espera que el municipio y Cnel actúen pronto, garantizando seguridad, servicios y mejores condiciones de vida en este barrio de Manta.