El Gobierno del presidente Daniel Noboa anunció el pasado domingo 5 de octubre el adelanto del pago del décimo tercer sueldo a noviembre para los funcionarios del sector público. Esta decisión ha provocado reacciones encontradas entre los comerciantes minoristas de lugares como el centro comercial Alajuela, en Portoviejo. El cambio tiene un impacto directo en la planificación de la compra de mercadería para la temporada de fin de año.
El adelanto, que se efectuará el 14 de noviembre, contrasta con la fecha límite establecida por el Código del Trabajo —el 24 de diciembre—, buscando inyectar liquidez anticipada en la economía, pero poniendo presión en el stock de los pequeños comerciantes que dependen del pago del Décimo Tercer Sueldo.
Comercio minorista ante el anticipo
La noticia ha tomado por sorpresa a Roddy Almache, comerciante del centro comercial Alajuela, quien manifestó su preocupación por el impacto en los comerciantes minoristas. Según Almache, la planificación de compra de mercadería estaba programada para diciembre. Ahora los obliga a actuar con premura y dependiente del décimo tercer sueldo en noviembre.
“Nosotros no tenemos la capacidad para acceder a préstamos rápidos con la banca formal”, explicó Almache. El comerciante señaló que la falta de preparación los obligará a “acudir a chulqueros y prestamistas que cobran altos intereses” para adquirir el stock necesario y tenerlo listo para cuando los funcionarios públicos cobren su bonificación en noviembre. Este escenario sugiere un posible aumento en el endeudamiento informal del sector.
Optimismo por la reactivación
Contrariamente, otros comerciantes ven la medida con optimismo. Ángel Zambrano consideró que el adelanto es positivo porque incentivará a la gente a comprar antes. “Que bueno que el Gobierno haya adelantado el pago de esa bonificación para que así la gente venga a comprar”, comentó.
Julio Zambrano, comerciante del Centro Comercial 1, minimizó el impacto del cambio de fecha en el comportamiento del consumidor. “No hay diferencia, la gente igual sale a comprar. Sea en noviembre o en diciembre”, afirmó. Él proyecta la posibilidad de tener “dos temporadas de ventas de fin de año”: la de noviembre con los servidores públicos y la de diciembre con los empleados de la empresa privada. Los comerciantes coincidieron en que entre tres y cuatro personas del sector público suelen realizar sus compras en este popular centro comercial durante la temporada de fin de año.
Análisis económico y proyecciones
Patricio Ávila, presidente del Colegio de Economistas de Manabí, confirmó que el pago adelantado del décimo tercer sueldo “será un alivio para mucha gente porque tendrá liquidez por un momento”. El experto indicó que esto permitirá a los beneficiarios “pagar tarjetas de crédito” y “oxigenar un poquito el mes de noviembre”.
Sin embargo, Ávila puntualizó que la decisión gubernamental presenta dos aristas en el comercio: la reactivación de ventas y la potencial necesidad de endeudamiento con prestamistas informales para la adquisición de mercadería. El economista subrayó que la medida “los cogió offside, de sorpresa” a los comerciantes, forzándolos a buscar liquidez rápida.
Respecto al sector privado, el pago adelantado es opcional. Víctor Moreira, director ejecutivo de la Cámara de Industria y Producción de Manabí, indicó que el tema está “en consideración del directorio nacional” y que analizarán las posibilidades de acogerse a la iniciativa. Moreira explicó que mientras algunas empresas podrían hacerlo en pro de la medida, otras se manejan con “una proyección financiera” y consideraciones de crédito, por lo que la decisión se analizará en una mesa de trabajo antes de dar un anuncio.
El Artículo 128 del Código del Trabajo establece que el décimo tercer sueldo se debe cancelar hasta el 24 de diciembre de cada año. El anuncio del presidente Noboa representa una modificación en la fecha habitual de pago solo para el sector público. Ellos dependen del Décimo Tercer Sueldo para hacer sus compras navideñas.