El Estado debe poner más interés en la investigación y el tratamiento del grave problema que encierra el uso de las drogas en los colegios.
Dos de las aristas más preocupantes de este malestar social son el aspecto sanitario, pues afecta a menores de edad que ven disminuido su desarrollo cognitivo y sus capacidades sociales por las drogas en colegios.
Admeás la seguridad, porque las drogas entrañan violencia, delincuencia juvenil y otros síntomas de descomposición.
Recientemente en la provincia de Manabí se han registrado hechos que muestran un riesgo latente para la comunidad estudiantil por drogas en colegios.
El asesinato de estudiantes cerca de los planteles educativos y la irrupción de un hombre armado en un colegio deben tomarse como signos de alerta y no como meros hechos aislados.
Estudios han determinado la relación entre el consumo de drogas y las reacciones violentas, que pueden desencadenarse por la estimulación del sistema que gestiona las emociones de rabia y los comportamientos agresivos.
El Ministerio de Educación y la Policía Nacional deben revisar los protocolos para decidir si se retoman medidas de control como la revisión de bolsos y mochilas y la vigilancia policial cerca de los planteles.
Hay que repensarlo para proteger a la niñez y la adolescencia.
Editorial de El Diario publicado este lunes 9 de octubre del 2023 en nuestra edición impresa.
