Según la historia sobre la importancia de las carreteras, se dice que los primeros trazados organizados de caminos o calzadas de los cuales se tiene noticia cierta fueron construidos por los babilonios unos 3.000 años a. de J. C.; sin embargo, sabemos muy poco acerca de los sistemas de comunicaciones terrestres de los egipcios, cartagineses y griegos, que, si bien eran pueblos de gran tradición marinera, lógicamente hubieron de utilizar las comunicaciones por tierra. Se tiene mayor número de noticias sobre los itinerarios de calzadas o primitivas carreteras construidas por los romanos; durante mucho tiempo en la historia fueron las únicas vías de comunicación entre las distintas regiones de Europa y entre estas y los territorios de África y del Oriente Medio.
En la breve historia del inicio de las carreteras o vías de comunicación, tratamos de enseñarle al señor ministro de Infraestructura y Transporte, ingeniero Roberto Luque Nuques, que desde antes de Cristo la vialidad ha sido importante para el desarrollo y progreso de los pueblos, no solo de Manabí, sino de todo el mundo.
Por eso nos sorprende que, ante la indiferencia del ministro Luque, los sectores productivos del corredor vial desde el cantón Rocafuerte hasta Bahía de Caráquez no reaccionen. Sobre todo, las cooperativas de transporte de pasajeros como Reina del Camino, Turístico Manabí, Coactur y las interprovinciales. Además, los cientos de vehículos particulares que hacen uso de tan importante vía.
El turismo es otro renglón de la economía que se está muriendo. Prácticamente, de las playas de San Jacinto, San Alejo y San Clemente, la afluencia de visitantes ha desaparecido, y no se diga de los que se dedican a comercializar la sal y los agricultores que, por falta de vías en buen estado, ven cómo la producción de maíz se queda en las amplias trojas de los campesinos.
Pueblos como la histórica parroquia Charapotó están perdiendo su encanto y movimiento comercial por el abandono en que se encuentran. Su vía principal, con el paso de los años, ha perdido su carpeta asfáltica y es solo un feo espectáculo tanto para los peatones como para los vehículos que obligadamente tienen que atravesar la ciudad.
La gran pregunta es: ¿hasta cuándo, señor ministro Roberto Luque, esperamos? ¿Por qué el presidente Daniel Noboa Azín no toma cartas en el asunto? O tal vez tenemos que seguir soportando más accidentes de tránsito o más muertos en la vía entre el cantón Rocafuerte y la ciudad de Bahía de Caráquez.
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