Ecuador deambula por muchas facetas que no logran el acople adecuado.
Se impone la implantación de una política correcta, apropiada a sus necesidades, para cultivar, preparar e impulsar el desarrollo nacional en toda su extensión.
La cultura, por ejemplo. A nivel nacional, en su conjunto, sigue retrasada. Programaciones y proyectos anclados en determinados lugares del país, con discriminación que se practica casi con pasión. El pretexto pobre es el escuálido presupuesto para atender, equitativamente, a todas las poblaciones de la nación. Aquello afecta severamente, por ejemplo, a la Casa de la Cultura de Ecuador que, destinada a sembrar cultura en el territorio patrio, se percibe como eficiente en las alturas pero ausente en los núcleos de las provincias, con asignaciones que apenas sirven de soportes para básico mantenimiento institucional.
Aquello incide tremendamente en la actividad de los núcleos que, como el de Manabí, perseveran por mantenerse decentemente activos. Sin embargo el esfuerzo se debilita ante la insuficiencia de apoyo, pues los amantes del arte y la cultura que desesperan por despegar y volar solos, logran una altura que está limitada a los recursos propios y a los que independientemente puedan obtener, desanimándose al no encontrar la mano acogedora institucional oficial que impulse a la superación artística, cultural y educativa.
Particularizando, las condiciones en que se ha desempeñado la Casa de la Cultura núcleo de Manabí (CCM), desde hace rato ha resentido a muchos artistas. Las quejas son varias, como la existencia de un supuesto grupo dominante que con un círculo de aplausos turnaba las directivas entre pocos. Posteriormente soplaron otros vientos dirigidos a renovar el ambiente cultural y proyectarse con ella, sin que se haya logrado cambios mayores, pues sigue el desconsuelo entre quienes aspiran a difundir sus capacidades artísticas.
Mas, si bien hay indicios de trabajar por un cambio, al parecer en la CCM el ambiente continúa en terapia. Acaba de efectuarse la elección de su nuevo directorio con resultados que muestra alta indiferencia de sus integrantes. Participaron siete listas. De un padrón de 1 652 inscritos (100%) votaron 678 (41%) triunfando quien obtuvo 222 (13.4%) votos. Porcentualmente, a votar asistió el 41%, menos de la mitad de los empadronados; y la nueva la nueva directiva recibió el apoyo de apenas el 13.4% de los miembros de la CCM. ¿Preocupante? Sí. ¿Desmotivador? No.
La cultura llama a cambios. Y los nuevos directivos deben implantarlos para la superación cultural requerida por toda la colectividad manabita.