El Patek Philippe Grandmaster Chime, subastado en 2019 en Ginebra, Suiza, por 31 millones de dólares, se mantiene hasta 2025 como el reloj más caro del mundo, reflejando cómo el coleccionismo de lujo marca récords en Europa y Estados Unidos, frente a mercados emergentes de Sudamérica y la limitada demanda en Ecuador.
El reloj más caro de la historia
El modelo Grandmaster Chime referencia 6300A-010, de Patek Philippe, alcanzó en una subasta benéfica la cifra récord de 31 millones de dólares. Se trata de un reloj con caja de acero inoxidable, mecanismo reversible y 20 complicaciones relojeras, entre ellas repetidores de minutos, calendario perpetuo e indicadores astronómicos. Su producción requirió ocho años de trabajo y se estima que su precio superó 14 veces el valor inicial previsto.
Además de Patek Philippe, otras casas relojeras han marcado hitos. El Breguet Grande Complication Marie-Antoinette, con un valor estimado de 28 millones de dólares, y el Jacob & Co Billionaire Timeless Treasure, adornado con 482 diamantes amarillos, cotizado en 20 millones de dólares, se encuentran entre las piezas más exclusivas del mercado mundial.
Subastas millonarias de relojes en Europa y Estados Unidos
Las subastas internacionales concentran el mayor movimiento económico en este sector. En 2023, Christie’s reportó ventas por 234 millones de dólares en relojes, superando incluso las cifras de arte contemporáneo. En esas pujas destacan modelos históricos como el Rolex Daytona Paul Newman Ref. 6239, vendido en 2017 por 17,75 millones de dólares, y el Patek Philippe World Time 2523J, adquirido en 2023 por más de 8 millones de dólares.
En Estados Unidos, las casas de subastas de Nueva York son el epicentro de ventas ligadas a celebridades y piezas de colección. En Europa, Ginebra se mantiene como la capital de la relojería de lujo, donde se cierran las transacciones más altas.
El mercado de relojes en Sudamérica y Ecuador
En Sudamérica, la presencia de estos relojes es reducida y se concentra en ciudades como São Paulo, Buenos Aires y Santiago de Chile, donde operan boutiques de marcas suizas y francesas. El acceso está dirigido a coleccionistas privados y empresarios de alto poder adquisitivo.
En Ecuador, aunque existen distribuidores oficiales de marcas como Rolex, Omega y TAG Heuer, la demanda de relojes que superan el millón de dólares es casi inexistente. Los compradores ecuatorianos suelen optar por modelos de lujo de rango medio, con precios entre 5.000 y 50.000 dólares, considerados accesibles dentro del segmento premium regional.
Piezas destacadas del ranking mundial
Otros relojes que figuran en la lista de los más costosos son:
- Richard Mille RM UP-01 Ferrari, con un valor de 2 millones de dólares y un grosor de solo 1,75 mm.
- Audemars Piguet Code 11.59 Ultra-Complication Universelle (RD#4), en torno a 1,9 millones de dólares y con 23 complicaciones técnicas.
- Jaeger-LeCoultre Reverso Quadriptyque, cotizado en 1,35 millones de dólares, capaz de predecir eclipses y superlunas.
- Breguet Montre Classique Grande Complication ref. 5349, con precio estimado en 1 millón de dólares, reconocido por su innovador doble tourbillon.
Un lujo exclusivo
Los relojes más caros del mundo representan no solo un objeto de lujo, sino también inversiones de alta rentabilidad. El valor de piezas únicas suele multiplicarse en subastas debido a la escasez, la historia de cada modelo y la identidad de sus propietarios anteriores.
En mercados como Europa y Estados Unidos, donde la tradición relojera está consolidada, las piezas alcanzan precios estratosféricos. En contraste, en países de Sudamérica y en Ecuador, el interés está más vinculado a relojes de lujo accesibles, destinados a uso personal y como símbolo de estatus, sin llegar a las cifras millonarias que definen el mercado global (21).