Compra o arriendo: el dilema económico de las parejas que inician su vida en común

Comprar una casa o departamento es visto como un paso hacia la estabilidad financiera.
La compra de vivienda se asocia culturalmente con independencia y seguridad familiar. FOTO: ChatGPT (Inteligencia Artificial).
La compra de vivienda se asocia culturalmente con independencia y seguridad familiar. FOTO: ChatGPT (Inteligencia Artificial).
La compra de vivienda se asocia culturalmente con independencia y seguridad familiar. FOTO: ChatGPT (Inteligencia Artificial).
La compra de vivienda se asocia culturalmente con independencia y seguridad familiar. FOTO: ChatGPT (Inteligencia Artificial).

Noemí Moreira

Redacción ED.

Noemí Moreira

Redacción ED.

Nací en Manta en 1993. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, mención Periodismo. Tengo exper... Ver más

La decisión entre comprar una vivienda o arrendarla es un reto económico para parejas recién casadas. El análisis financiero resulta crucial en 2025 para equilibrar estabilidad, ahorro y proyección a largo plazo.

Compra de vivienda: una inversión a largo plazo

Comprar una casa o departamento es visto como un paso hacia la estabilidad financiera. Según especialistas financieros, en 2024 las tasas de interés para créditos hipotecarios se ubicaron entre el 7,5 % y el 9 % anual, dependiendo del plazo y entidad financiera.

Este esquema permite a los matrimonios construir patrimonio propio, generar un activo tangible y contar con seguridad habitacional. Además, al cancelar una hipoteca, la inversión se acumula en un bien que puede valorizarse con el tiempo.

Ventajas y limitaciones de adquirir vivienda

El economista Ricardo Menéndez señala que, entre los beneficios más destacados se encuentra la posibilidad de acceder a programas de vivienda social o créditos preferenciales para jóvenes y primeros compradores. Estos planes facilitan cuotas iniciales más bajas y plazos de hasta 20 años.

Sin embargo, especialistas en economía familiar advierten que el compromiso financiero prolongado exige estabilidad laboral y capacidad de pago constante. Un crédito hipotecario puede significar que entre el 25 % y 35 % de los ingresos mensuales se destinen al banco, señala Menéndez.

El arriendo como opción flexible

En contraste, el arriendo de vivienda representa una alternativa viable para quienes inician su vida matrimonial con ingresos inestables o en proceso de crecimiento profesional. El costo promedio de un departamento arrendado en ciudades principales como Quito o Guayaquil oscila entre USD 350 y USD 600 mensuales, dependiendo de la ubicación y servicios, según Menéndez.

Esta modalidad brinda a las parejas movilidad geográfica y menor compromiso financiero a largo plazo. Además, permite ajustar el lugar de residencia a las necesidades laborales o personales sin la presión de una deuda hipotecaria.

Desventajas del arriendo

El principal inconveniente radica en que el dinero invertido en renta no genera patrimonio. A largo plazo, arrendar puede resultar más costoso que comprar, especialmente en ciudades donde los precios de la vivienda mantienen una tendencia al alza.

Además, los contratos de arriendo suelen ajustarse cada año al índice inflacionario, lo que eleva progresivamente el gasto mensual. De esta forma, las parejas deben considerar que los incrementos pueden afectar el presupuesto familiar con el paso del tiempo.

Comparación de costos a largo plazo

Según el economista proyecta que, en un período de 15 años, una pareja que arriende un departamento promedio habrá destinado más de USD 90.000 en renta, mientras que un crédito hipotecario por el mismo inmueble representaría una inversión cercana a los USD 110.000, con la diferencia de que al finalizar se cuenta con un bien propio.

Este análisis refleja que la decisión depende del horizonte temporal y de la capacidad financiera de los recién casados. Si el objetivo es estabilidad y construcción de patrimonio, la compra es más conveniente; si se prioriza flexibilidad, el arriendo ofrece ventajas.

Factores determinantes para la decisión

Los especialistas recomiendan evaluar al menos cinco variables antes de decidir: estabilidad laboral, nivel de endeudamiento, ahorro disponible para la entrada inicial, proyección de ingresos y plan de vida a mediano plazo.

Un aspecto clave es el fondo de emergencias, equivalente a tres o seis meses de gastos básicos. Este respaldo financiero evita que un imprevisto afecte la capacidad de pago de una hipoteca o el cumplimiento de un contrato de arriendo.

Contexto económico y cultural

En Ecuador, la compra de vivienda se asocia culturalmente con independencia y seguridad familiar. Sin embargo, el incremento de los precios de construcción y terrenos ha elevado los costos iniciales, lo que obliga a muchas parejas jóvenes a optar por el arriendo en los primeros años de matrimonio.

El mercado inmobiliario prevé un crecimiento moderado del 4 % en 2025, impulsado por proyectos habitacionales en provincias como Manabí, Azuay y Pichincha. Este escenario abre oportunidades, pero también exige planificación.

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