La muerte de Semanur Arslan, una modelo e instructora de equitación de 27 años, volvió a conmocionar a Turquía. Esto ocurrió después de que un tribunal en Ankara ordenara este mes de octubre reabrir la investigación sobre su caída desde un balcón en el piso 43 de un edificio del distrito de Cankaya. La decisión judicial se tomó al detectar irregularidades en la primera pesquisa y la aparición de nuevas pruebas. Entre ellas ADN masculino bajo las uñas de la joven y la inexistencia de una supuesta nota de despedida.
El supuesto suicidio que ahora se pone en duda
El hecho ocurrió el 20 de octubre de 2024. Ese día, Arslan fue hallada sin vida tras caer desde un departamento en remodelación. En aquel momento, la policía consideró el caso un suicidio, basándose en un mensaje encontrado en el teléfono de la víctima que aparentaba ser una despedida.
Sin embargo, meses después, las autoridades judiciales confirmaron que no hay registros digitales que vinculen el texto con ninguna cuenta o dispositivo real. Esto sugiere que el mensaje pudo haber sido fabricado o manipulado.
Además, el informe forense reveló un hallazgo clave: se detectó ADN masculino debajo de las uñas de Semanur Arslan. Este detalle no fue analizado ni explicado en la primera investigación. Este nuevo elemento fue determinante para que el tribunal decidiera anular el cierre del caso y ordenar su reapertura.
¿Quién era Semanur Arslan?
Semanur Arslan tenía 27 años y trabajaba como modelo y instructora de equitación en Turquía. Vivía en Ankara, en el distrito de Cankaya.
La familia y su insistencia en pedir justicia
Desde el inicio, la familia de Semanur Arslan cuestionó la versión oficial de suicidio. Su madre, Elif Karaca, declaró ante la prensa local: “Mi hija estaba llena de vida. Nunca se habría quitado la vida. Había llamado un taxi y preparado sus pertenencias para salir; eso no lo hace alguien que planea morir”.
El abogado de la familia, Can Lafci, calificó la reapertura como un paso fundamental: “La causa se cerró sin revisar todas las pruebas. Ahora la Justicia nos da la razón y exige una investigación completa”.
Entre las irregularidades señaladas, los jueces destacaron la falta de análisis forense en los teléfonos de la víctima y de los testigos. También señalaron la ausencia de entrevistas complementarias y la omisión del informe de ADN. Asimismo, se mencionó que la escena del hecho no fue preservada correctamente, lo que habría afectado la obtención de pruebas clave.
Qué ordenó la Justicia turca
El tribunal de Ankara dispuso que la fiscalía reabra la causa y supervise nuevas diligencias, entre ellas la revisión completa de los teléfonos móviles, la comparación del ADN masculino con las bases de datos policiales y la reentrevista de sospechosos y familiares.
Hasta el momento, no existen detenidos ni órdenes de arresto. Sin embargo, el caso fue formalmente devuelto a la Fiscalía General para una nueva investigación. Fuentes judiciales citadas por medios locales indicaron que se examinarán también las últimas horas de vida de Arslan, incluyendo registros de cámaras de seguridad y llamadas telefónicas.
La reapertura ha sido interpretada por la opinión pública como una señal de que las autoridades turcas buscan corregir posibles errores judiciales. Asimismo, quieren garantizar un proceso más transparente.
Una muerte que expone fallas en la investigación inicial
El caso de Semanur Arslan ha reavivado el debate sobre la falta de rigor en las investigaciones por muertes de mujeres en Turquía. En los últimos años, el país ha enfrentado críticas internacionales por la alta incidencia de feminicidios y la deficiente respuesta institucional.
Organizaciones de derechos humanos en Ankara celebraron la decisión del tribunal. Subrayaron la necesidad de “procesos exhaustivos e imparciales” en casos donde existan indicios de violencia de género.
Por su parte, la familia de Semanur insiste en que su hija “no se suicidó” y espera que la nueva investigación permita esclarecer si alguien la empujó o si fue víctima de un hecho violento. La madre concluyó: “Solo queremos la verdad y que se haga justicia”.