Un ambiente de fiesta se vive en Guayaquil por la final entre Flamengo y Athletico Paranaense



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La final de la Copa Libertadores será un duelo con sabor a revancha para Flamengo y de consagración para el Paranaense.

Flamengo tiene un afán de revancha, pues perdió la final del año pasado ante Palmeiras, mientras que el Athletico Paranaense quiere meterse en el selecto club de los campeones continentales de Brasil.

El estadio Monumental de Guayaquil será el escenario de esta final, la tercera consecutiva entre equipos brasileños, lo que da muestra de la hegemonía que ha adquirido el fútbol de Brasil en el panorama sudamericano, con Flamengo y Palmeiras como sus principales exponentes.

El encuentro de hoy empezará a las 15h00.

Para el “Fla” será su tercera final de Libertadores en los últimos cuatro años, tras la histórica victoria frente a River Plate del 2019 y la derrota del 2021 contra Palmeiras. Ante el Athletico buscará su tercer título de Copa Libertadores.

En el equipo carioca quedan numerosos jugadores que ganaron la Copa de 2019, como el portero Diego Alves, el defensa Filipe Luís, el centrocampista Diego, el volante uruguayo Giorgian De Arrascaeta o “Gabigol”, el héroe de aquella final al anotar los dos goles del triunfo en los minutos finales del partido.

Una final

En cambio, al Paranaense, que en el 2005 perdió ante Sao Paulo la única final del torneo que había disputado hasta ahora, la Libertadores es el título que le falta para consagrarse entre los gigantes de Brasil, tras las dos Copas Sudamericanas ganadas en el 2018 y el 2021, demostrando que sabe lidiar con la presión.

Sin embargo, el reciente título de la Copa de Brasil ganado por Flamengo parece dar más confianza al “Mengao” ya que el “Furacao” viene de ganar sólo dos partidos de los nueve que ha disputado desde que se clasificó para la final y ha evidenciado problemas para defender jugadas a balón parado.

Los dos equipos podrán disponer casi con toda probabilidad de sus once de gala, salvo percance de última hora.

Entre algodones llegarán, por el lado del Flamengo, el centrocampista chileno Arturo Vidal, que el jueves dio señales positivas para jugar la final tras haber sufrido la pasada semana un fuerte golpe en un tobillo, y por el lado del Paranaense, el delantero Pablo, que a dos días de la final hizo un calentamiento especial e individualizado.

En el banco

La final también ofrecerá un cara a cara en los banquillos entre dos carismáticos técnicos.

Por un lado, Dorival Júnior, que quiere ganar por primera vez la Libertadores y emular el éxito del portugués Jorge Jesús hace tres años con Flamengo, y por otro la leyenda en carne y hueso de Luiz Felipe Scolari, que con Paranaense puede ganar su tercera Libertadores tras haberlo hecho antes con Gremio (1995) y Palmeiras (1999).

Si bien los dos equipos comparten colores y visten de rojinegro, será Flamengo el que actúe de local por haber conseguido más puntos en la fase de grupos, por lo que al Athletico Paranaense le tocará lucir su uniforme alterno de color blanco en la final.

En las tribunas del estadio, se espera que la “Nación Rojinegra” de los seguidores de Flamengo sea amplia mayoría sobre los hinchas del “Furacao”, pero sin llenar el estadio con capacidad para 57 mil espectadores.

Ayer se conoció que la tendencia mejoró y se han vendido casi 30 mil entradas para la final.