Las tradiciones y fiestas tienen más fuerza este año



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Gema Loor llegó con sus hijas Rousmery y Rosary Ponce hasta un almacén de Portoviejo, a comprar ropa para la Navidad.

Las tres, con mascarillas y portando alcohol, decidieron desafiar al coronavirus y salieron con la intención de adquirir vestidos y blusas para la Nochebuena -24 de diciembre-, en que la pasarán en familia.
El año 2020 no lo hicieron. Se acostaron temprano.
En ese tiempo la pandemia del COVID-19 era más intensa, además, las medidas de restricción para contener el virus no permitían fiestas o reuniones.
Este año la enfermedad no se ha ido, pero ya muchos se aplicaron la vacuna de contención y las autoridades permiten la apertura de restaurantes, circulación de vehículos de pasajeros y otras actividades.
Familias, grupos de amigos, compañeros de trabajo han empezado a reunirse para celebraciones tradicionales como las fiestas del amigo secreto y cenas.
José Luis Farías, empleado de una empresa privada, dijo que con sus compañeros se reunirán el viernes 17 de diciembre en un restaurante para compartir una comida e intercambiar regalos. “Esto es bonito, nos une y, además, es como un agradecimiento a la vida por haber sobrevivido a tan terrible pandemia”, destacó.
Alfredo Zambrano y su esposa Laura Mendoza, en cambio, han adornado toda la casa con motivos navideños. Hay muñecos de Papá Noel, de duendes, árboles de Navidad y el infaltable nacimiento con el niño Jesús de protagonista. Su intención es unirse en familia con sus 5 hijos y 10 nietos “porque hay mucho que agradecer a nuestro Señor’’, dijo Alfredo.
En esta ocasión, aunque el COVID sigue acechando, las personas han decidido celebrar como antes. Los resultados se sienten en los locales comerciales.
Giovanni Bravo, del almacén El Panameño, indicó que la cercanía de Navidad incrementó las ventas en un 70% con relación al año pasado. Mencionó que en la Navidad del 2020, lo que más se vendió fueron conjuntos de pijamas con motivos navideños que las familias adquirían para pasar en casa la noche del 24 y tomarse fotos.
En esta ocasión, en cambio, la venta de esas prendas ha disminuido y las personas compran ropa de fiesta. También las damas adquieren carteras y accesorios para ir elegantes a las reuniones. “Es casi como volver a las fiestas del 2019’’, comentó.

FIN DE AÑO. La tradición también se ve en los preparativos para fin de año. Las personas apuestan por vestir prendas de colores amarillo y rojo, a las cuales les atribuyen suerte en la salud y el amor.
Lisbeth Roldán buscaba un interior rojo, el cual, dijo, utilizará la noche del 31 y recibirá el 1 de enero del 2022.
María Eliza Moreira, por su parte, contó que llevará prendas amarillas y comerá 12 uvas a la medianoche para que le den éxito.
Otra tradición que realizan las personas es apretar un billete de alta denominación justo cuando dan las 12 campanadas del nuevo año. También dan la vuelta a la manzana de la casa con una maleta, lo cual, afirman, redundará en viajes por el mundo y, el más popular, es la quema del año viejo, que es un monigote de papel y cartón que se incinera a la medianoche como símbolo de destruir todo lo malo que pasaron.
Juan Carlos Espinales, quien confecciona muñecos, dijo que desde los primeros días de diciembre las personas empezaron a comprar. Explicó que en el 2020 vendió 100 años viejos y ahora calcula que serán unos 300. “Las personas están con el deseo de pasear con su año viejo”, manifestó.
Así las cosas, hasta ahora todo hace prever que las fiestas de Navidad y de fin de año vuelven, en parte, a ser como antes.



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