La discriminación a personas con una inclinación sexual distinta sigue andando por las calles de Manta



Compártelo con tus amigos:

La discriminación anda por la ciudad vestida de burla, silbidos, gritos, insultos y señalamientos. Le pasó a Nadia, una mujer trans a la que, por ser diferente, por verse diferente y caminar diferente, la discriminaron.No ocurrió una vez, sino cada que regresaba a su casa en la parroquia Los Esteros.

Ese trayecto, que debía estar lleno de la tranquilidad y alegría que da cuando uno vuelve a casa, era un martirio. A su paso, un grupo de adultos que siempre estaban afuera de una fábrica atunera le gritaban el nombre de un hombre, aunque todos podían ver la apariencia femenina de Nadia.
No la oculta. No tiene por qué.

 “Aquí está mi cara. Hablo de mi diferencia. Defiendo lo que soy. Y no soy tan raro”, dice parte de un manifiesto del escritor Pedro Lemebel. Líneas escritas para la dictadura chilena, pero que bien podrían ser para los acosadores de Nadia. O para quienes han cometido discriminación. Pero Nadia no estaba dispuesta a que esos gritos la hicieran tomar otro camino. Soportaba las burlas con la cabeza en alto. Pero aquello se volvió desgastante para ella.

Un día se cansó de aquellos hombres y presentó una querella en la Defensoría del Pueblo por discriminación, palabra que el diccionario define como: trato diferente y perjudicial a una persona por motivos de raza, sexo, ideas políticas y religión.

A la entidad también acudió un grupo de mujeres trans por el mismo delito. En su caso, fotografías de ellas estaban circulando en un grupo de Facebook donde se las acusaba de ser portadoras del VIH sida.

Llegaron juntas a la denuncia. El caso también fue presentado en la Fiscalía, pero quedó hasta allí. Chavica Moreira, de Horizontes Diversos, contó que solo una de ellas quiso continuar con la denuncia; el resto desistió. Con ello, la única querellante, al verse sola, también se retiró y, al igual que en el caso de Nadia, solo quedaron las denuncias. A pesar de que ellas se atrevieron a denunciar, siguen siendo parte de la minoría, son muy pocas las personas discriminadas que dan ese paso. Por eso la discriminación camina a luz y sombra por la ciudad.

El 95 por ciento de las personas que han sufrido discriminación no denuncia, y la razón es por la lentitud de los procesos en las instituciones públicas, dicen datos del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censo (Inec).

Por eso hay instituciones, como Care, que trabajan con comunidades excluidas; una de ellas los GLBTIQ*, enfocados también en reducir la discriminación hacia las personas con una opción sexual distinta.

De allí que el 20 de mayo, día que se conmemora a las personas que han muerto por VIH sida, develaron un mural en el parque del barrio Santa Mónica al que llamaron “Sin estigma ni discriminación”. Angélica Macías, de la fundación Care, informó que la develación del mural es una manera de ir concienciando a la sociedad sobre la no discriminación.

> EL MURAL. El mural, que tiene una medida de 15 por tres metros de altura, está dentro del parque Santa Mónica. En este existe un lazo rojo que lo atraviesa de extremo a extremo  y que une las figuras de la cultura Valdivia. Figuras asexuadas, es decir que no son masculinos ni femeninas, pero que dejan un mensaje del amor diverso y de inclusión. Con un solo objetivo: hacer que el 92 por ciento de las personas de la comunidad GLBTIQ+ que siguen siendo discriminadas, como dice el Inec, reduzcan.