Fausto Jarrín, exdefensor legal del expresidente Rafael Correa, se ha convertido en una figura clave en la gestión política del gobierno de Daniel Noboa. El jurista ha asumido un rol estratégico en el oficialismo. Aunque no ocupa un cargo formal, fue notoria su presencia en la campaña electoral de Noboa y su influencia en la Asamblea Nacional. Aquello ha consolidado su posición como operador político, marcando una evidente transición desde su pasado en el correísmo.
Jarrín, abogado de profesión, se convirtió en uno de los invitados destacados a la posesión presidencial de Noboa el 24 de mayo de 2025. Ese día acudió acompañado de su esposa. Su trayectoria dentro del correísmo comenzó en 2016. Ese año ocupó el cargo de subsecretario bajo la gestión de Paola Pabón, entonces secretaria nacional de Gestión Política. Posteriormente, en 2021, se desempeñó como asambleísta por el movimiento correista.
Fausto Jarrín defendió a Rafael Correa en el Caso Sobornos
En su momento defendió legalmente a figuras prominentes del correísmo como Fernando Alvarado, acusado de peculado en el caso Secom en 2018. También a Virgilio Hernández, procesado por rebelión tras las protestas de octubre de 2019; y hasta a Alexis Mera y Rafael Correa en el caso Sobornos.
Durante su etapa como abogado del correísmo, Jarrín se pronunció públicamente en defensa de Correa. En una rueda de prensa, afirmó que los procesos judiciales contra el expresidente eran una “pantomima” destinada a impedir su candidatura. Sin embargo, su alineación con Noboa marcó un punto de inflexión. Aunque no está claro cuándo se produjo este cambio, Fausto Jarrín estuvo junto a Noboa durante la última campaña electoral.
No figura como funcionario público
Dentro de la Asamblea Nacional también jugó un papel decisivo, asegurando que el oficialismo obtuviera la presidencia, vicepresidencia. También el control de la mayoría de las comisiones legislativas, marginando a sus excoidearios correístas. A pesar de su influencia, Jarrín mantiene un perfil bajo. En sus redes sociales no hay menciones al presidente Noboa ni a su rol en el gobierno, y formalmente no figura como funcionario público.
No obstante, fuentes cercanas al oficialismo lo señalan como una pieza esencial en la estrategia política del régimen. Por su parte, el correísmo ha evitado críticas directas contra Fausto Jarrín. Esto a diferencia de su reacción frente a otros exmiembros como Sergio Peña y Mónica Jaramillo, a quienes ha calificado de “traidores”. Este silencio sugiere una cautela estratégica, posiblemente por el conocimiento profundo que Jarrín tiene del movimiento.
Escenaro político actual en Ecuador
El ascenso de Fausto Jarrín en el entorno de Noboa refleja la complejidad de las alianzas políticas en Ecuador. Su experiencia como operador en el correísmo y su transición al oficialismo lo posicionan como un actor clave en el escenario político actual. Este caso también pone en evidencia la fragmentación dentro de los movimientos políticos tradicionales y el surgimiento de nuevas dinámicas de poder en el país.
La política ecuatoriana ha estado marcada por reconfiguraciones de alianzas desde la salida de Rafael Correa del poder en 2017. La capacidad de figuras como Fausto Jarrín para navegar entre facciones opuestas destaca la importancia de los operadores políticos en un entorno de alta polarización. Su rol en el gobierno de Noboa, aunque discreto, podría influir en las decisiones legislativas y estratégicas de cara a los próximos comicios.