En Santo Domingo organizan feria solidaria para ayudar a niños ucranianos



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Tras enterarse del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, los niños que están en casas hogar en dicho país empezaron a rezar por la paz.

Desde hace dos semanas, la calma en los orfanatos de Bilogiria y Balyn, a cargo de las Hermanas Benedictinas Misioneras, que también tiene presencia en Santo Domingo, se ha terminado.

Elisa Olejnik, religiosa de esta congregación que nació en 1918 en Ucrania (antes Polonia), sostuvo que la cotidianidad de los menores en ese país europeo ha cambiado desde el inicio de la guerra.  

Los pequeños deben dormir en búnkeres y salir solo algunas horas en el día.

Olenik, quien radica en la ciudad santodomingueña, sostiene que se requieren alimentos para ellos, pero ante la imposibilidad de poder enviarlos los niños de la Casa Hogar Valle Feliz,  administrada por las Hermanas Benedictinas, se han organizado para hacer una feria solidaria en la que se ofrecerán bisuterías, croché, jabones artesanales, plantas y pasteles.

La actividad se desarrollará el domingo desde las 10h00 hasta las 12h00 en Valle Feliz (urbanización El Prado, diagonal a Vista para Todos).

La religiosa informó que lo recaudado será destinado a los menores de las casas de acogida que son dirigidas por las religiosas en Ucrania.

Además de mantener a salvo a los niños en condición de riesgo, las religiosas han ayudado a varias personas, entre ellas doce ecuatorianos, a salir de las ciudades ucranianas y dirigirse hasta Polonia.

Algunos de los alumnos ya partieron en un vuelo humanitario hasta Ecuador.

Ellos caminaron durante tres días por las montañas hasta llegar a la frontera, señaló.

Por otra parte, cinco santodomingueños continúan en la ciudad Sumy confinados en un búnker.

Melissa Montesdeoca, Santiago Camacho, Alexander Jaya y Jimmy y Paúl Melo están resistiendo los embates del conflicto bélico.

Nancy Camino, madre de estos dos últimos, informó que sus hijos salen todos los días del búnker a buscar comida.

“La angustia de mis hijos es que la ciudad está rodeada, nadie puede entrar ni salir. Los procesos para pedir su salida son engorrosos”, indicó la progenitora.



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