El aborto por violación tendrá sus protocolos



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En los 45 años que el médico Iván Ortiz lleva como gineco obstetra, jamás ha practicado un aborto y no piensa hacerlo.

“Me han venido a tratar de insinuar que me pagan lo que quiera por hacerlo, y yo he dicho que no, y nunca lo haría”, señala Ortiz, quien está en contra del aborto y tiene sus argumentos.
“El aborto es un vaciamiento del contenido uterino que incluye todos los componentes, como placenta, producto, endometrio (capa que recubre donde se nutre el feto), que puede provocar, en manos inexpertas, la muerte de la paciente”, explica.
También puede terminar en una emergencia con una histerectomía, es decir, le extraerían el útero de la mujer debido a que el órgano está dañado y en lo posterior va a causar más problemas, agrega.

LEY. La aprobación del proyecto de Ley, por parte de la Asamblea Nacional, para la interrupción voluntaria del embarazo en caso de violación, ha generado voces a favor y en contra.
Fernanda S. decidió hacer público su caso. “No fui violada, no vivo en la ruralidad, soy mestiza, mayor de edad. Me embaracé con T de cobre (dispositivo intrauterino). Me tomó 12 semanas decidir la interrupción del embarazo; no puedo ni imaginar cuánto tiempo le tome a una mujer que fue violada”, comentó, al indicar que a la Asamblea Nacional no le correspondería poner plazos.
Fernanda reveló que cuando se decidió por el aborto tuvo que acudir a la “clandestinidad y precariedad”, lo que casi le cuesta la vida.
El médico Ortiz menciona que en el caso de mujeres adolescentes que nunca han parido, “tiene mucho más peligro debido a una falta de desarrollo del organismo”.
De acuerdo al proyecto aprobado por la Asamblea, este proceso debe incluir protocolos o guías clínicas basados en la evidencia científica; insumos e infraestructura necesaria; profesionales capacitados; servicios apropiadamente difundidos en la comunidad; y provisión de información completa y veraz.
Además, previo al requerimiento, el personal de salud deberá realizar los exámenes médicos y ecografía a la paciente para determinar la edad gestacional.
En el caso de mujeres mayores de 18 años, establece que el aborto se podrá realizar hasta las 12 semanas de gestación (3 meses).
Mientras que para las niñas, adolescentes y mujeres que viven en la ruralidad, será de hasta 18 semanas.
Ortiz tiene ciertas dudas, pues dice que se podrían presentar casos de mujeres que dirán que han sido violadas para que le practiquen un aborto.
Considera que es muy diferente cuando se trata de una emergencia, pues allí “nosotros tenemos que poner en una balanza qué es más importante, si un producto que está en condiciones inapropiadas para nacer o la vida de la paciente”, manifiesta.

ESTADÍSTICAS. En Ecuador, alrededor de siete menores de 14 años dan a luz cada día y se busca reducir esas cifras.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el 2020, al menos 1.623 menores entre los 10 y 14 años se convirtieron en madres. Del 2014 al 2017, incluso las cifras fueron superiores y sobrepasaron los 2 mil casos.
En Manabí, en el 2020 se contabilizaron 231 partos en menores de 15 años, es decir, cada 40 horas una adolescente se convirtió en madre en esta provincia y en muchos casos fue producto de una violación, según organizaciones que trabajan en estos temas.
Zoila Menéndez, integrante del colectivo Tejedoras Manabitas, señala que el proyecto aprobado no es el mejor, “pero tenemos una ley reguladora que será una herramienta para el sistema de salud y para la exigibilidad de las mujeres”.
Menéndez menciona que no están de acuerdo con los plazos para la interrupción del embarazo por violación, porque para ellas no responde a la realidad del país.
Sin embargo, recalca que el proyecto tiene otras cosas importantes. Por ejemplo, dice que se eliminan los requisitos de la denuncia que ahora recae en el Estado, a través del sistema de salud pública que debe notificar a la Fiscalía. También “regula la objeción de conciencia que es importante para brindar el servicio a las víctimas, y visibiliza a las personas de la diversidad sexo genérica”, indica.
Sanyi Cabal tiene siete meses de embarazo y se convertirá en madre por primera vez. Dice que ha tenido una buena experiencia, por lo que no abortaría, así fuera producto de una violación.



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