Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladimir Putin, se reunirán este viernes 15 de agosto en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska. Este encuentro ha generado expectación global.
La cita busca abordar la guerra en Ucrania, la cooperación económica y la seguridad mundial, en un contexto de tensiones geopolíticas y sanciones económicas. Este es el primer encuentro presencial entre ambos líderes desde 2019, durante la cumbre del G20 en Osaka.
Detalles del encuentro entre Trump y Putin
Según Yuri Ushakov, asesor del Kremlin, la reunión comenzará a las 11h30 hora local (14h30 Ecuador) con una conversación cara a cara entre Trump y Putin, asistidos únicamente por intérpretes. Posteriormente, se realizarán negociaciones entre delegaciones, seguidas de un almuerzo de trabajo. La delegación rusa incluye al canciller Sergei Lavrov, al ministro de Defensa Andrei Belousov, al ministro de Finanzas Anton Siluanov y al negociador económico Kirill Dmitriev.
La composición de la delegación estadounidense que acompañará a Trump no ha sido revelada. La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, informó que ambos líderes ofrecerán una rueda de prensa conjunta tras las conversaciones. El lugar elegido, Alaska, tiene un componente simbólico para Rusia, que lo considera un guiño histórico por su pasado como colonia rusa hasta 1867. Ushakov destacó que la región es un punto de encuentro para los intereses económicos de ambos países, especialmente en el Ártico.
Puntos a tratar
El tema central será la guerra en Ucrania, que lleva más de tres años tras la invasión rusa de febrero de 2022. El Kremlin señaló que se discutirán opciones para una solución pacífica a largo plazo, junto con temas de seguridad global y control de armas nucleares, considerando que el Tratado de Nueva Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START) expira en febrero de 2026. También se abordarán posibles acuerdos económicos, como la cooperación en el Ártico, y la reducción de sanciones occidentales.
Fuentes ucranianas citadas por The New York Times advierten que Putin podría presentar materiales para justificar la invasión, argumentando que Ucrania es un «Estado artificial». Entre las demandas rusas están el reconocimiento del este de Ucrania como territorio ruso, garantías de que Ucrania no ingresará a la OTAN y limitaciones al ejército ucraniano.
Declaraciones previas
Putin, en una reunión con altos funcionarios rusos el 14 de agosto, afirmó que Estados Unidos realiza «esfuerzos sinceros» para resolver el conflicto en Ucrania y expresó optimismo sobre posibles acuerdos en control de armas. También consultó con líderes de China, India, Kazajistán y Uzbekistán, buscando apoyo internacional.
Por su parte, Trump, en una entrevista con Fox News, admitió un «25% de probabilidad» de que la cumbre fracase, destacando su postura dura. «Putin sabe que soy el tipo más duro con el que ha tratado», afirmó. Ha amenazado con «consecuencias severas» si Rusia no detiene la ofensiva, aunque también ha hablado de un posible «intercambio de territorios» para beneficiar a ambas partes. Trump ha criticado la postura de Ucrania, sugiriendo que el presidente Volodimir Zelenski debe estar dispuesto a ceder algo.
Zelenski, excluido de la cumbre, ha insistido en que cualquier acuerdo sin Ucrania «nacería muerto» y ha rechazado las demandas territoriales rusas. En una llamada con Trump y líderes europeos el 13 de agosto, enfatizó cinco principios, incluyendo la participación de Ucrania en negociaciones y el rechazo a intercambios territoriales antes de un alto el fuego.
Expectativas de la reunión Trump y Putin
La cumbre se produce tras meses de presión estadounidense, incluyendo sanciones y un ultimátum de 10 días para un acuerdo de paz. Líderes europeos, como el canciller alemán Friedrich Merz y el presidente francés Emmanuel Macron, han expresado preocupación por un posible acuerdo que favorezca a Rusia, insistiendo en garantías de seguridad para Ucrania.
La reunión, aunque simbólica para Putin tras años de aislamiento, podría no generar acuerdos concretos con Trump, pero sí redefinir el equilibrio diplomático global.