El método Kakebo, creado en 1904 por la periodista japonesa Motoko Hani, se presenta como una herramienta sencilla y efectiva para gestionar finanzas domésticas y fomentar el ahorro. Este sistema, cuyo nombre significa “libro de cuentas” en japonés, permite a las personas organizar sus ingresos y gastos mediante un registro manual en una libreta, promoviendo disciplina financiera y conciencia sobre los hábitos de consumo. Popularizado a través del libro Kakeibo: El libro de cuentas domésticas, el método es utilizado globalmente por su simplicidad y adaptabilidad a cualquier tipo de hogar, desde personas solteras hasta familias numerosas.
El Kakebo consiste en anotar diariamente ingresos y gastos, clasificándolos en categorías específicas: supervivencia, ocio, cultura y extras. Este registro visual ayuda a identificar gastos innecesarios y establecer metas de ahorro realistas. A diferencia de aplicaciones digitales, el uso de papel y lápiz elimina distracciones y fomenta una conexión emocional con las finanzas, ayudando a priorizar necesidades y objetivos financieros, como crear un fondo de emergencia o ahorrar para la jubilación.
¿Cómo funciona el método Kakebo?
Al inicio del mes: Se registran los ingresos netos mensuales, ya sea un salario fijo o una estimación conservadora si los ingresos varían. Luego, se anotan los gastos fijos, como alquiler, hipoteca, servicios (luz, agua, gas), alimentación y transporte. Restando estos gastos a los ingresos, se determina la cantidad destinada al ahorro, que se aparta de inmediato para garantizar su cumplimiento. El resto se convierte en el presupuesto para gastos variables. Día a día: Los gastos variables se registran regularmente y se clasifican en cuatro categorías:
- Supervivencia: Alimentación, servicios, medicinas, transporte esencial.
- Ocio: Comidas fuera, viajes, actividades recreativas.
- Cultura: Libros, cine, teatro, museos.
- Extras: Reparaciones, imprevistos o regalos.
Balance semanal: Al final de cada semana, se restan los gastos variables del presupuesto mensual para evaluar el dinero disponible. Esto permite ajustar hábitos de gasto y mantener el rumbo hacia las metas de ahorro.Balance mensual: Al cerrar el mes, se revisan todos los gastos y se verifica si se cumplieron los objetivos de ahorro. Esta reflexión ayuda a identificar patrones, como “gastos hormiga” (pequeños desembolsos evitables), y a ajustar el presupuesto para el siguiente mes.
Ventajas y desventajas
El Kakebo no requiere conocimientos financieros, solo sumar y restar, lo que lo hace accesible para todos. Su estructura visual fomenta la disciplina y permite personalizarlo según las necesidades de cada persona. Sin embargo, su principal desventaja es el tiempo y la constancia que exige, ya que registrar cada gasto manualmente puede ser tedioso para algunos.Consejos para aplicar el Kakebo
- Escribir a mano: Anotar los gastos manualmente aumenta la conciencia sobre el consumo y facilita distinguir entre necesidades y deseos.
- Metas realistas: Establecer objetivos de ahorro alcanzables evita la frustración inicial.
- Reducir gastos: Revisar gastos variables para eliminar “gastos hormiga”, como compras impulsivas o suscripciones innecesarias, y adoptar hábitos como cocinar en casa o reducir el consumo de servicios.
Diferencias con otros métodos
A diferencia de la regla 50/30/20, que asigna porcentajes fijos (50% necesidades, 30% ocio, 20% ahorro), el Kakebo no establece proporciones, sino que prioriza el registro detallado y la reflexión. Frente al método SMART, que se centra en metas específicas y medibles, el Kakebo enfatiza el control diario de gastos para generar conciencia financiera.
El dinero ahorrado puede destinarse a un fondo de emergencia, proyectos futuros o la jubilación. Al seguir este método, las personas pueden tomar el control de sus finanzas de manera simple. Asimismo, transformar la gestión del dinero en una herramienta para alcanzar objetivos y construir un futuro financiero sólido.