Los traumas intergeneracionales impactan la salud mental, transmitiéndose en familias. La terapia es clave para romper estos patrones, según experta.
La psicoterapeuta María Elizabeth Gómez, en una entrevista con este medio, describe el trauma intergeneracional como heridas emocionales no sanadas que se transmiten entre generaciones. Estas incluyen duelos no procesados, violencias normalizadas o secretos familiares, perpetuados por frases como “en esta familia siempre ha sido así”. Gómez señala que los patrones se aprenden desde el vientre materno y se refuerzan en el entorno familiar. La repetición ocurre por lealtad inconsciente o miedo al rechazo. Estos legados generan ansiedad, depresión o relaciones disfuncionales, afectando a descendientes.
El artículo “Legados silenciosos” explica que los traumas no se transmiten intencionalmente, sino por la normalización de patrones dolorosos. Sin intervención, persisten en futuras generaciones.
El impacto de los traumas
Los traumas intergeneracionales provocan culpas inexplicables o repetición de vínculos dañinos. Gómez destaca que las personas a menudo desconocen por qué siguen normas no elegidas, atribuyéndolo a “lo que se esperaba”. Esto causa baja autoestima, conflictos internos o ansiedad. “Repetimos por amor o pertenencia al sistema familiar”, afirmó. Un estudio de la Universidad de Columbia (2018) confirma que estos patrones afectan la salud mental globalmente.
La psicoterapia es la única solución para romper estos ciclos. Sin tratamiento, los legados emocionales continúan, impactando relaciones y bienestar de los descendientes.
Enfoques terapéuticos para sanar
Gómez propone terapia cognitivo-conductual y terapia sistémica. La cognitivo-conductual aborda creencias limitantes derivadas de traumas, ayudando a resignificar experiencias. La sistémica analiza la familia como un sistema donde cada miembro cumple un rol, repitiendo historias por lealtad. “Analizamos si esa lealtad daña la salud mental o los sueños”, explicó. Ambas terapias fomentan decisiones conscientes.
Un informe de la American Psychological Association (2020) respalda que la psicoterapia reduce el impacto de traumas heredados. Estas herramientas son cruciales para cambiar narrativas.
Sanar como acto de amor
Romper los patrones no implica rechazar la historia familiar, sino reconocerla con compasión. Gómez afirma que sanar es un acto de amor hacia las futuras generaciones. “Decir ‘hasta aquí’ transforma el pasado sin borrarlo”, señaló. La psicoterapia permite forjar un presente consciente, dejando a los descendientes una historia más saludable.
El trabajo de Gómez destaca la importancia de la terapia para construir familias más resilientes y conscientes, transformando legados de dolor y traumas en narrativas de sanación.