El 23 de junio, la Iglesia católica celebra a San José Cafasso, canonizado en 1947 por su labor formativa de sacerdotes y su ministerio con presos condenados.
Orígenes y formación
San José Cafasso nació el 15 de enero de 1811 en Castelnuovo d’Asti, Piamonte, fue el tercero de cuatro hijos de una familia campesina. Desde niño lo llamaron “el santito”. Estudió en el seminario de Chieri y, debido a su excelencia académica, fue ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1833 a los 21 años tras obtener una dispensa por su edad. En 1834, ingresó al Convictorio Eclesiástico de San Francisco de Asís en Turín para perfeccionar sus estudios teológicos, donde se convirtió en profesor y, en 1848, rector hasta su muerte.
Pese a su frágil salud y una deformidad en la columna, Cafasso destacó por su disciplina y caridad. En 1827, conoció a San Juan Bosco, a quien guio espiritualmente y apoyó económicamente en su formación sacerdotal.
Ministerio en las cárceles
Cafasso sirvió como capellán en la cárcel de Turín, asistiendo a 68 condenados a muerte entre 1835 y 1860. Conocido como “el Sacerdote de la Horca”, acompañó a los reos hasta el patíbulo, ofreciendo confesión, consuelo y los sacramentos.
Su enfoque pastoral, basado en la misericordia, transformó a muchos presos, incluidos criminales endurecidos, logrando conversiones significativas. También mejoró las condiciones carcelarias, abogando por tratos más humanos.
Filosofía y espiritualidad de San José Cafasso
La filosofía de Cafasso se centró en la misericordia de Dios. Inspirado por San Alfonso María de Ligorio y San Francisco de Sales, promovió la confesión frecuente y la devoción a la Eucaristía y la Virgen María.
Su lema, “hacer todo lo que pueda contribuir a la gloria de Dios y el provecho de las almas”, guio su formación de sacerdotes, y enfatizó la mansedumbre y la caridad pastoral.
Canonización y reconocimiento de San José Cafasso
Cafasso fue beatificado por Pío XI el 3 de mayo de 1925 y canonizado por Pío XII el 22 de junio de 1947. En 1948, Pío XII lo nombró patrono de las cárceles italianas, y en 1950, modelo para confesores y directores espirituales. Su santidad se basó en su dedicación a los presos y su formación de sacerdotes, incluyendo santos como Juan Bosco.
Legado en la Iglesia de San José Cafasso
El legado de Cafasso incluyó la formación de más de 100 sacerdotes en el Convictorio, muchos de los cuales se destacaron por su santidad. Su influencia en San Juan Bosco fue crucial para la fundación de los Salesianos.
Cafasso también apoyó obras caritativas y legó sus bienes a instituciones benéficas. Su sobrino, José Allamano, fundó los Misioneros de la Consolata.
Contexto histórico
En el siglo XIX, el Piamonte enfrentó problemas sociales, como pobreza y analfabetismo, agravados por el jansenismo y la injerencia estatal en la Iglesia. Cafasso, junto a otros “santos sociales” de Turín, como Don Bosco y Cottolengo, respondió con caridad activa, promovió la educación, la reconciliación y la justicia social, con lo que se fortaleció la presencia católica en una época de secularización.