Orígenes de la advocación
La devoción a María Auxiliadora, conocida como Auxilio de los Cristianos, tiene raíces en los primeros siglos del cristianismo. En el año 345, San Juan Crisóstomo, en Constantinopla, la llamó “auxilio potentísimo de Dios”.
Inscripciones cristianas en territorios griegos usaban los títulos Theotokos (Madre de Dios) y Boetéia (Auxiliadora). En el año 532, San Sabas documentó una imagen en Oriente conocida como “Auxiliadora de los enfermos” por los milagros asociados. En el año 749, San Juan Damasceno popularizó la jaculatoria “María Auxiliadora, rogad por nosotros”.
La advocación ganó fuerza en el siglo XVI durante la Batalla de Lepanto (1571), cuando el papa Pío V pidió a los cristianos rezar el rosario, atribuyendo la victoria de la Liga Santa contra el Imperio otomano a la intercesión de María.
Solemnidad de María Auxiliadora
En 1572, Pío V incorporó la invocación “María Auxiliadora, rogad por nosotros” a las letanías lauretanas.
En 1809, el papa Pío VII fue encarcelado por Napoleón Bonaparte en Savona y Fontainebleau. Durante su cautiverio, prometió a la Virgen que, si recuperaba su libertad, establecería una fiesta en su honor. Liberado tras la caída de Napoleón, regresó a Roma el 24 de mayo de 1814 y decretó esa fecha como la solemnidad de María Auxiliadora, en agradecimiento por su intercesión. Este hecho consolidó la celebración litúrgica en el calendario católico.
Rol de San Juan Bosco
La devoción moderna a María Auxiliadora está ligada a San Juan Bosco, sacerdote italiano y fundador de la Congregación Salesiana. En 1860, Bosco afirmó haber tenido una visión en la que la Virgen le pidió ser honrada como Auxiliadora y le indicó construir un templo en Turín.
Con solo 40 céntimos, inició la construcción de la Basílica de María Auxiliadora, consagrada el 9 de junio de 1868. Bosco afirmó: “Cada ladrillo de este templo es un milagro de la Virgen”. Su obra extendió la devoción globalmente a través de los salesianos.
Filosofía y legado de María Auxiliadora
La filosofía de María Auxiliadora se centra en su rol como intercesora y protectora, especialmente en tiempos de crisis. San Juan Bosco la consideraba “Auxiliadora del Pueblo de Dios”, enfatizando su cercanía a los necesitados.
Fundó el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora en 1872 para educar a jóvenes mujeres, perpetuando su misión educativa y evangelizadora. La advocación es vista como un símbolo de esperanza, con numerosos milagros atribuidos, como curaciones y protecciones en conflictos.
Celebración mundial
Cada 24 de mayo, la festividad se celebra con misas, procesiones y novenas, especialmente en la Basílica de María Auxiliadora en Turín y santuarios como el de Medellín, Colombia, o Sheshan, China.
En Ucrania, la fiesta se observa el 1 de octubre, conmemorando la liberación de una invasión en 1030. La devoción está presente en más de 60 países, con santuarios dedicados y asociaciones como la Asociación de María Auxiliadora, fundada en 1683 tras la victoria de Viena.
Impacto cultural de María Auxiliadora
Es patrona de localidades como Sabaneta, Colombia, y de países como Australia, así como del campo argentino y del ejército paraguayo. Su imagen, a menudo representada con un cetro y el Niño Jesús, simboliza su rol protector.
La devoción sigue siendo central en la espiritualidad salesiana, inspirando a millones de fieles a buscar su intercesión en dificultades.
