La Corporación de Gremios de Exportadores (Cordex) advirtió sobre una disminución sostenida en la oferta de plátano en Ecuador, lo que ha disparado los precios de platos típicos como el tigrillo y el bolón. En Quito, el costo de un plato de tigrillo ha subido de $6 a $6.85, mientras que los bolones pasaron de $2.75 a $3.35 en algunos locales. Esta escasez, atribuida a enfermedades, lluvias intensas, y cambios en los cultivos, amenaza tanto el mercado interno como la competitividad exportadora del país.
Factores detrás de la escasez de plátano
Cordex identificó múltiples causas que afectan la producción nacional de plátano, un ingrediente esencial en la gastronomía ecuatoriana. Enfermedades como el Moko y la Sigatoka Negra han dañado más del 30% de las zonas de cultivo, especialmente en provincias como Guayas y El Oro, principales productoras. Además, las lluvias intensas e inundaciones de los últimos meses han dificultado las labores agrícolas, reduciendo la productividad de las fincas. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la producción de plátano en 2024 cayó un 15% respecto al año anterior.
Otro factor es el aumento del consumo interno y las exportaciones, que han generado una mayor presión sobre la oferta disponible. En 2024, Ecuador exportó $3,500 millones en plátano, consolidándose como el mayor exportador mundial, según datos de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor). Sin embargo, muchos productores han optado por sustituir cultivos de plátano por cacao, atraídos por precios internacionales más altos, lo que ha reducido aún más la disponibilidad local.
Impacto en los precios y la gastronomía
El alza en los precios de platos tradicionales refleja el impacto directo de la escasez. En Quito, locales de comida típica han ajustado sus tarifas para compensar el incremento del costo del plátano, que en mercados mayoristas pasó de $0.20 a $0.30 por unidad en el último trimestre, según reportes de comerciantes locales. Platos como el tigrillo, preparado con plátano verde majado, y el bolón, una bola de plátano con queso o chicharrón, son emblemáticos de la costa ecuatoriana, y su encarecimiento afecta tanto a consumidores como a pequeños negocios.
Propuesta de Cordex para enfrentar la crisis
Ante esta situación, Cordex solicitó al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) convocar una reunión técnica urgente con productores, gremios y gobiernos locales. El objetivo es diseñar una hoja de ruta productiva que aborde la emergencia y promueva una recuperación sostenible. La propuesta incluye cuatro ejes principales:
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Diagnóstico técnico: Realizar un mapeo en campo para identificar las zonas más afectadas por enfermedades, fenómenos climáticos y cambios en el uso del suelo.
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Incentivos productivos: Implementar programas de apoyo para recuperar áreas de cultivo, incluyendo subsidios para insumos agrícolas.
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Créditos diferenciados: Ofrecer financiamiento accesible a pequeños y medianos productores para reactivar la producción.
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Autorización de nuevas siembras: Facilitar la expansión de cultivos de plátano en tierras aptas.
Contexto y desafíos del sector
El plátano es un pilar de la economía agrícola ecuatoriana, generando empleo para más de 200,000 personas, según el MAG. Sin embargo, la combinación de factores climáticos, biológicos y económicos pone en riesgo su sostenibilidad. La Sigatoka Negra, una enfermedad fúngica, ha sido particularmente devastadora, requiriendo fungicidas costosos que muchos pequeños productores no pueden costear. Además, el cambio hacia cultivos de cacao responde a precios internacionales que alcanzaron los $8,000 por tonelada métrica en 2024, frente a los $600 del plátano, según el mercado global.
Cordex enfatizó que la crisis no solo afecta el mercado interno, sino también la competitividad de Ecuador en el comercio internacional, en un momento en que la demanda de plátano crece en mercados como Estados Unidos y Europa. La reunión propuesta con el MAG busca establecer medidas inmediatas para mitigar el impacto y garantizar la estabilidad del sector. Mientras tanto, los consumidores enfrentan el desafío de costos más altos en platos tradicionales, lo que subraya la urgencia de abordar esta problemática.