Las recientes lluvias en Manabí generan preocupación tanto en el sector agrícola como en el comercial.
Aunque los precios de productos como la gallina criolla se mantienen estables, las ventas han disminuido ,según comerciantes del centro de Manta.
Dúbal Vélez, un vendedor local, explica: “Los precios se mantienen, por la situación económica, no podemos subir el precio para que los clientes acudan a comprar”.
Actualmente, las gallinas criollas se venden entre $17 y $18, mientras que los gallos alcanzan un precio aproximado de $25.
A pesar de que en el lugar ubicado en la calle 11 y avenida 15 existen personas que ofrecen servicios de pelado y despresado, las ventas no repuntan.
Galo Vélez, otro comerciante, comenta: “Las ventas continúan bajas, la gente no está comprando como antes”.
El impacto de las lluvias no se limita al comercio; el sector agrícola de Manabí ha sufrido graves consecuencias debido a las intensas precipitaciones.
Según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), hasta marzo de 2025, se registraron 6.291 hectáreas con afectaciones parciales y 7.443 hectáreas con pérdidas totales en el país.
Manabí destaca como una de las provincias más golpeadas, con cultivos esenciales como arroz, maíz y cacao severamente perjudicados por inundaciones y desbordamientos de ríos.
En el cantón Rocafuerte, por ejemplo, se reportaron 1.600 hectáreas de cultivos destruidas, lo que refleja la magnitud del desastre en esta zona agrícola clave.
Afectaciones a nivel nacional
Las pérdidas económicas derivadas de estas afectaciones son considerables.
A nivel nacional, en 16 de las 24 provincias, se estiman daños por $14,4 millones, de los cuales $10 millones corresponden a pérdidas totales de cultivos.
En Manabí, el impacto ha sido devastador, con la destrucción de pastos, caña de azúcar, café, frutales y sembríos de granos, según los reportes oficiales del MAG.
Las comunidades rurales, que dependen en gran medida de la agricultura, enfrentan una crisis que amenaza su sustento y estabilidad económica.
Las lluvias intensas no son un fenómeno nuevo en Manabí. En años anteriores, la provincia ha enfrentado desafíos similares debido a eventos climáticos extremos.
Comparación con años anteriores
En 2012, Manabí fue la región más afectada por inundaciones, lo que llevó a una disminución del 1% en la tasa de empleo agrícola.
Además, la contribución del sector al Valor Agregado Bruto en el PIB también se vio reducida ese año.
Sin embargo, en 2015, a pesar de las inundaciones en cantones como Chone y Jipijapa, el sector agrícola logró una recuperación notable.
Gracias a soluciones implementadas, como mejoras en drenajes y el uso de variedades de cultivos resistentes, se alcanzó una producción récord.
En 2023, las lluvias también dejaron huella en Manabí, con más de 5.500 hectáreas de cultivos afectadas solo en el primer trimestre, según reportes de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR).
Cultivos como el maíz y el arroz fueron los más perjudicados, representando el 86,25% de las hectáreas dañadas en la provincia.
Ese año, el gobierno destinó recursos para la limpieza de ríos como el Chone, Garrapata y Mosquito, invirtiendo $11,3 millones para mitigar las inundaciones recurrentes.
Sin embargo, las lluvias de 2025 han superado las expectativas, agravando la situación en zonas vulnerables.
El cantón Santa Ana, por ejemplo, despertó el 2 de abril de 2025 con calles, viviendas y comercios bajo el agua tras una noche de precipitaciones intensas.
Más del 50% de su territorio sufrió afectaciones, según las autoridades locales, y el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) se activó para coordinar la respuesta.
Pérdidas económicas
A nivel económico, las pérdidas en Manabí no solo afectan a los productores, sino también a la cadena de comercialización.
En Manta, los comerciantes reportan una caída en la venta de productos avícolas, lo que podría estar relacionado con una baja en la economía.
La estabilidad de precios, como señala Dúbal Vélez, es un intento de mantener a flote el negocio, pero no compensa la reducción en las ventas.
Ante esta crisis, el gobierno de Ecuador anunció medidas para apoyar al sector agrícola afectado.
Mediante el Decreto Ejecutivo 587, firmado en marzo de 2025, se dispuso la entrega de un bono de $800 para los pequeños y medianos productores afectados por el temporal.
Este bono, de carácter extraordinario, busca mitigar el impacto en la economía y permitir que las actividades agrícolas puedan continuar en las zonas más afectadas.
Hasta la fecha, el MAG y la SNGR trabajan en identificar a los perjudicados para la entrega de esta ayuda.
Además de la asistencia económica, se están evaluando acciones estructurales para prevenir pérdidas futuras.
Entre las propuestas destacan la mejora de la infraestructura de drenaje y la rehabilitación de sistemas de riego en áreas críticas de Manabí.
La Empresa Pública del Agua (EPA) declaró en emergencia el Sistema de Trasvase Manabí el 24 de marzo de 2025, tras reportar daños en canales y acumulación de sedimentos que afectan el riego y el abastecimiento de agua.
Estas intervenciones, aunque urgentes, requieren una ejecución rápida para evitar que las lluvias previstas hasta mayo agraven la situación.
kmero