El zumo de naranja no eleva los niveles de insulina en comparación con el consumo de la fruta entera, según un comunicado de Fruit Juice Science Centre (FJSC) que se hace eco de un estudio de la Universidad de Hasselt (Bélgica) publicado en la revista ‘Nutrition and Diabetes’.
Diferencias al consumir las naranjas enteras o en zumo
FJSC indicó que no se han encontrado diferencias en los niveles de azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 2 que consumen las naranjas enteras o en forma de zumo natural. Añadió que los azúcares en el zumo “provienen naturalmente de la fruta y no afectan negativamente” a los niveles de azúcar o insulina.
“Esperábamos que el zumo o la bebida azucarada generaran picos de glucosa más altos que la fruta entera, pero no encontramos diferencias significativas”, explicó Kenneth Verboven, investigador principal del estudio.
Así se realizó el estudio
Para llegar a esta conclusión se estudió a adultos con sobrepeso de normal a regular con diabetes 2 bien controlada, que comieron un desayuno “estándar” alto en carbohidratos en tres ocasiones distintas (cada vez combinado con trozos de naranja enteros, un vaso de zumo de naranja natural o una bebida con sabor a naranja con azúcares añadidos). Luego, la glucosa e insulina en sangre se midió durante 4 horas tras cada comida.
Pese a estos hallazgos, la percepción negativa sobre el zumo de naranja persiste entre los consumidores. Según una encuesta del FJSC, un 33% de los españoles evita comprar zumo natural por considerarlo poco saludable.
Los expertos recuerdan que, aunque la fruta fresca es la opción más recomendable por su contenido en fibra, un vaso de zumo natural puede ser una alternativa práctica y nutritiva, especialmente para quienes viven con diabetes tipo 2 bien controlada.
Una enfermedad que afecta a millones de personas
La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre debido a la resistencia a la insulina. Esta afecta principalmente a adultos, aunque su incidencia en jóvenes ha aumentado. Factores como obesidad, sedentarismo y predisposición genética influyen en su desarrollo.
Según la Federación Internacional de Diabetes (FID), en 2021 había 537 millones de adultos con diabetes a nivel global, con un 90% correspondiendo a tipo 2. Para 2030, se proyecta que esta cifra alcance 643 millones, y 783 millones para 2045, reflejando un incremento del 46% en 24 años.
La región con mayor prevalencia es el Sudeste Asiático y el Pacífico Occidental, con 260 millones de casos. En 2025, al 14 de julio, la FID estima 560 millones de casos, con un aumento atribuido a estilos de vida y envejecimiento poblacional. El acceso a diagnóstico y tratamiento sigue siendo un desafío, especialmente en países de bajos ingresos.