El Punto Nemo, ubicado en el océano Pacífico Sur a las coordenadas 48°52.6′S 123°23.6′W, es reconocido como el lugar más alejado de cualquier tierra firme. Está a unos 2,688 kilómetros de las costas más cercanas. Identificado en 1992 por el ingeniero croata Hrvoje Lukatela, este punto, también es llamado polo de inaccesibilidad oceánica. Ddestaca por su aislamiento extremo y su uso como cementerio de spacecraft.
El Punto Nemo se encuentra equidistante de tres puntos terrestres: la isla Ducie (Pitcairn Islands), Motu Nui (cerca de Easter Island) y la isla Maher (Antártida). Su lejanía lo convierte en un lugar donde los humanos más cercanos suelen ser astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS), que orbita a unos 400 kilómetros sobre el área.
Punto Nemo no tiene vida marina
La profundidad del océano en esta zona alcanza aproximadamente 4 mil metros, según datos topográficos. La región, ubicada dentro del Giro del Pacífico Sur, presenta condiciones que limitan la vida marina debido a la escasez de nutrientes, bloqueados por corrientes oceánicas estables. Estudios oceanográficos confirman una baja biodiversidad, con presencia mínima de microorganismos cerca de respiraderos volcánicos.
Esta característica lo hace ideal para que agencias espaciales, como NASA y Roscosmos, utilicen el área como sitio de desorbitación de satélites y estaciones espaciales desde la década de 1970. Más de 250 spacecraft, incluyendo la estación Mir, han sido depositados allí.
Uno de los pocos documentales del lugar
El nombre “Punto Nemo” rinde homenaje al personaje Capitán Nemo de la novela Veinte mil leguas de viaje submarino de Jules Verne, Allí, “nemo” significa “nadie” en latín, reflejando su soledad. La zona no cuenta con rutas marítimas y aéreas regulares, y su exploración es rara. En 2024, el explorador británico Chris Brown llegó al lugar en una expedición, siendo uno de los pocos en documentar el viaje.
El contexto del Punto Nemo también incluye su relevancia cultural, inspirando obras literarias y series como Punto Nemo (2025), que explora su misterio. Sin embargo, su aislamiento plantea desafíos logísticos, con rescates potenciales tardando semanas desde Chile o Nueva Zelanda. Las autoridades no reportan actividad humana reciente en la zona. Para más información, consulte fuentes oceanográficas oficiales.