El ‘Kit-Kat’ emocional define una pausa intencionada en relaciones personales o laborales para recuperar claridad y bienestar. Según la psicóloga Vanessa Armendáriz, esta herramienta permite oxigenar vínculos, reducir tensiones y tomar decisiones desde la serenidad. En un mundo acelerado, esta práctica de autocuidado está ganando relevancia en consultas psicológicas para gestionar conflictos en parejas, amistades o entornos profesionales.
El ‘Kit-Kat’ emocional no implica una ruptura definitiva, sino un espacio para reflexionar. “Consiste en tomar distancia para bajar la intensidad emocional, poner nombre a lo que sentimos y ver las cosas con perspectiva”, explica. Este paréntesis ayuda a identificar qué une o duele en una relación, qué se necesita o hacia dónde se quiere ir.
La importancia de pausar
En una sociedad que valora la inmediatez y la conexión constante, detenerse puede parecer un riesgo. Sin embargo, la especialista subraya que esta pausa es una forma de autocuidado: “Cuando todo se complica, solo vemos el problema, como si tuviéramos la frente pegada al tronco de un árbol. Pero, cuando nos calmamos vemos la solución”, dice. Esta perspectiva permite reconectar con lo esencial, mejorar la comunicación y fortalecer los vínculos.
El temor a pausar suele estar ligado a la idea de perder algo valioso. No obstante, la experta destaca que este espacio puede revitalizar relaciones al permitir escuchar en lugar de reaccionar impulsivamente. “Muchas veces, esa pausa devuelve las ganas de cuidar mejor nuestras raíces”, añade.
¿Cuándo necesitas un ‘Kit-Kat’ emocional?
Identificar el momento adecuado para tomar esta pausa no siempre es sencillo. Armendáriz señala señales claras: “Cuando lo que antes te hacía bien empieza a pesar, hay discusiones en bucle, agotamiento emocional, decepciones acumuladas o una sensación de vivir en piloto automático”. El indicador más urgente es sentir un “ya no puedo más”, una alerta del cuerpo y la mente que reclama un respiro.
La psicóloga utiliza una metáfora ilustrativa: “Es como sentarse en medio del bosque, respirar hondo y orientarse antes de seguir caminando”. Este tiempo permite ordenar emociones, clarificar deseos y evaluar el rumbo de una relación o situación personal.
Después de la pausa: claridad para decidir
Un ‘Kit-Kat’ emocional no es permanente; su propósito es conducir a una conclusión. Según la psicóloga, los beneficios se notan cuando “la tensión se afloja, las emociones se calman y la confusión da paso a la claridad”. La ausencia de nudos emocionales o rabia indica que la pausa ha sido efectiva. Desde este estado, las decisiones —ya sea reconstruir una relación o tomar caminos distintos— se toman con serenidad, no desde el impulso.
Este enfoque permite entender qué merece cuidarse y qué debe dejarse ir. “A veces, el respiro da fuerzas para volver con más calma; otras, ayuda a aceptar que es momento de cambiar de rumbo”, explica la experta. En cualquier caso, decidir desde la claridad marca una diferencia significativa. El ‘Kit-Kat’ emocional, lejos de ser una huida, es una herramienta poderosa para el crecimiento personal.