El subsidio al diésel, una política económica que ha mantenido bajos los precios del combustible para los transportistas y otros sectores productivos durante décadas, se ha convertido en una de las principales fuentes de inestabilidad política y social en Ecuador. Si bien su objetivo era aliviar la carga económica, su alto costo fiscal ha impulsado a los últimos tres gobiernos a buscar su eliminación. Las estrategias de Lenín Moreno, Guillermo Lasso y Daniel Noboa muestran por qué el diésel continúa siendo el combustible de la discordia.
La primera ofensiva para eliminar el subsidio al diésel en la era reciente la lanzó el gobierno de Lenín Moreno en octubre de 2019. Mediante el Decreto Ejecutivo 883, el presidente Moreno decidió liberar los precios de los combustibles, eliminando de golpe un subsidio que representaba un gasto considerable para las arcas fiscales. El anuncio provocó un rechazo colectivo e inmediato por parte de los gremios de transportistas y, en particular, del movimiento indígena.
La sociedad ecuatoriana se volcó a las calles en una de las protestas más violentas y masivas de la historia del país. La capital, Quito, fue el epicentro del caos, y tras 12 días de movilizaciones, enfrentamientos y pérdidas, el gobierno se vio forzado a derogar el decreto, cediendo a la presión popular. En medio de esto, los transportistas se encontraron en el epicentro del conflicto.
Transportistas se opusieron a la medida de Guillermo Lasso
Luego, el gobierno de Guillermo Lasso enfrentó el mismo dilema. Consciente del fracaso de su predecesor, Lasso optó por una estrategia diferente: la focalización y un sistema de bandas de fluctuación para ajustar gradualmente el precio del subsidio al diésel. Esta medida buscaba evitar el shock repentino de precios, permitiendo un ajuste paulatino. Sin embargo, la reacción de los gremios y la sociedad no se hizo esperar, siendo crucial para los transportistas.
Las protestas se intensificaron en 2022, con el movimiento indígena al frente, exigiendo la reducción y congelamiento de los precios. La resistencia colectiva fue tal que el gobierno se vio obligado a negociar y finalmente a congelar los precios de los combustibles en los niveles de junio de 2022. La intención de Lasso de eliminar el subsidio al diésel fue detenida en seco por la presión social, dejando el problema sin resolver para transportistas.
Daniel Noboa decretó la eliminación del subsidio al diésel
Finalmente, el gobierno de Daniel Noboa retomó la agenda pendiente. En septiembre de 2025, el presidente firmó el Decreto Ejecutivo 126 para eliminar el subsidio al diésel para el sector automotor, elevando el precio de USD 1,80 a USD 2,80 por galón. La propuesta del gobierno para compensar a los transportistas
ha sido una compensación directa a través de una plataforma digital.
Según las autoridades, esta medida busca focalizar el apoyo a quienes realmente lo necesitan, eliminando los intermediarios. Sin embargo, a pesar de las promesas de mitigación, la medida ha generado fuertes reacciones y paralizaciones en el país. Los gremios de choferes han expresado su descontento con el plan, argumentando que las compensaciones no son suficientes y que el impacto en el costo de vida será inevitable para los transportistas.
Partidos opositores cuestionan eliminación del subsidio al diésel y sugieren medidas alternativas
La historia de la eliminación del subsidio al diésel en Ecuador es un reflejo de las complejas fuerzas que definen su política y economía. A lo largo de tres gobiernos, la solución fiscal ha chocado con la realidad social y la resistencia colectiva. Mientras el gobierno de Moreno fue derrotado por la protesta masiva, el de Lasso se vio forzado a ceder a la negociación, especialmente enfrentándose a las demandas de los transportistas.
Ahora, el gobierno de Noboa enfrenta el mismo rechazo, con los gremios en alerta y una sociedad que ya ha demostrado su voluntad de movilizarse. La eliminación de este subsidio sigue generando tensión entre el Ejecutivo y los gremios de transportistas que rechazan la medida.