En una entrevista de Manavisión Plus, el ingeniero Holbach Muñetón, presidente de la Federación Nacional de Cámaras Provinciales de Turismo, ofreció un balance de las afectaciones al sector turístico causadas por el paro nacional iniciado hace 15 días. Muñetón detalló las cancelaciones masivas, ocupaciones bajas y un costo de oportunidad que se extiende más allá del feriado actual, impactando octubre, noviembre y diciembre.
Además, resaltó la frustración de empresarios ante cierres de vías y la falta de conectividad terrestre accesible, contrastando con destinos internacionales más estables. Por lo tanto, urge un diálogo maduro y sanciones firmes para restaurar la confianza de turistas nacionales e internacionales.
Asimismo, valora incentivos como la baja del IVA al 8%, pero insiste en que sin estabilidad, estos no bastan para dinamizar la economía turística.
-Para empezar, ¿cuál es el balance preliminar del sector turístico en estos 15 días ya de paro nacional? Entendemos que existen afectaciones y malestar por esta situación.
En una situación de preocupación, surgen varias inquietudes. La última es que la desesperación llega al límite, con enfrentamientos entre empresarios que abren vías a la fuerza por obligaciones pendientes. Hablé con Baños, que debería estar al 100% pero tiene 50% de ocupación a la baja. La costa está lista, pero las reservas son bajas; Sucumbíos también cae. Aunque el problema es focalizado, afecta a todo el país.
-¿Han recibido el reporte de cancelaciones de reservas de qué provincias? ¿Cuáles son las más afectadas debido al paro nacional?
La movilidad se reduce por manifestaciones y vías bloqueadas, como en Pichincha y otros destinos según el reporte de hoy. Preocupa porque dependemos de la conectividad terrestre; en otros países, los pasajes cuestan 60-70 dólares, aquí Guayaquil-Quito llega a 300-400. Perdemos costo de oportunidad: la baja del IVA y día adicional dinamizaban 80 millones de dólares y 800 mil a un millón de personas en feriados pasados. Esto se puede perder.
-¿Cuál es el pedido o de alguna u otra manera han tenido acercamiento con el gobierno con ministros para encontrar una salida? Y que el sector turístico pueda desarrollarse plenamente, teniendo como usted decía ya unas amplias oportunidades para el sector, no que son cuatro días de feriado con un IVA bajo que incentiva de alguna u otra manera el consumo.
Como nunca, el sector turístico ha tenido apoyo, como en la consulta con casinos y contratación por hora, vital para nuestro éxito. Pedimos tregua a insurgentes e indígenas que boicotean el trabajo honrado; que usen diálogo moderno, no cierres de carreteras como hace cien años, sin internet ni IA. A la Presidencia, no perdón ni olvido: cambios como eliminar subsidio al diésel deben ir con castigos para que no se repita. Las pérdidas en 2019, 2022 y ahora 2025 responden al turismo especialmente. No cuantificamos todo: dos millones y medio a tres millones diarios, más cancelaciones para octubre-diciembre por inestabilidad. ¿Quién repone 25-28 millones perdidos en Imbabura? Rechazamos esta violencia; no debe repetirse.
-Las pérdidas usted mencionaba que están entre 80 y 90 millones de dólares. ¿Esas corresponden únicamente a lo que se prevé que se pierda durante este feriado? O aquí estamos, nos referimos a esas pérdidas que son cuantiosas y preocupantes también.
En feriados de tres días generaban 80 millones; con un día más, podrían ser 100. Está en riesgo ese recurso, ahora parcial quizás 40-50 millones, pero urge solución. El sector arrastra consecuencias de paralizaciones pasadas y pandemia; le urge este ingreso. Recuperamos cifras de 2019, malas por las movilizaciones de octubre, pre-COVID; faltaban 180 mil turistas, ahora con paro serán 200-250 mil menos. Internacionalmente, Ecuador no llega a niveles pre-pandemia por paros y obstrucciones, no solo política.
-¿Cómo venía desarrollándose previo al paro el sector turístico? ¿Estaba mostrándose al alza o recién estabilizándose?
Veníamos con curva ascendente, no suficiente por deudas pendientes, pero motivadora: recuperábamos para pagar obligaciones. Esto frena todo. En Guayaquil, la ocupación de 70-78% bajó a 55-60%. El problema en la sierra o centro afecta al Ecuador unido; necesitamos certidumbre, no incertidumbre de cierres. En reunión en Cuenca, 40% no llegó por paralizaciones; es el sentir de todos los ecuatorianos y el sector.
-De alguna u otra manera el sector que ha venido desarrollándose favorablemente y este paro llega de alguna u otra manera a afectar sobre todo hacia afuera, no porque realmente el turista ve de afuera se informa a través de medios internacionales de pronto que la situación pasa en todo el país, cuando como usted decía sólo es en un cierto sector y con pocos cierres viales. Sin embargo nos ven como un conjunto como un compendio y eso es lo que hace de alguna u otra manera redirigirse al turista extranjero hacia otros sitios causando alguna afectación.
Dicen focalizado, pero para el mundo Ecuador está convulsionado; el daño está hecho, irreversible. Como robar un reloj y devolverlo con disculpas no borra el perjuicio. Ecuador es uno solo, no solo Imbabura; inquietud interna para llegar a Cuenca o Ambato, peor para extranjeros en país desconocido. Debe haber castigo.
-¿Cree usted que de llegar a una finalización de esta paralización pueda recuperarse todo esto? ¿Puede recuperarse visitantes, turistas tanto externos como internos o prácticamente esto ya ya está echado, la pérdida?
La pérdida no se recupera, pero sí la dinámica y velocidad previa. Veníamos a velocidad X; problemas la merman, y volver toma tres a siete meses, como en 2019: perdimos confianza y mercados por ese tiempo. No es abrir y cerrar; como tren que para, demora en acelerar.
-Y, ante esta problemática que son las consecuencias que deja el paro nacional que se ha registrado desde hace 15 días, ¿qué medidas o alternativas han tenido que tomar?
Somos precavidos, pero las medidas se frenan: ¿qué hacemos hablando con Imbabura u Otavalo si cierran por falta de clientes 15-16 días? Vivimos de demanda: restaurantes, transporte, agencias, líneas aéreas, guías, bares dependen de clientela y certidumbre. Sin eso, no hay estrategias viables.
-Con este panorama que se está registrando ahora, el sector turístico ¿cómo podría terminar el año? ¿Empate como se dice comúnmente o si hubiese alguna ganancia?
No creo empate; golpe fuerte. Veníamos a empatar cifras de 2019; ahora, con datos de migración pendientes, veremos reactivación post-paro. Noviembre y diciembre son clave, pero la convulsión hace cambiar destinos a República Dominicana, Colombia o Perú con facilidad.
-Y el feriado de noviembre, ¿cómo lo avizoran así como va la situación o se podrá recuperar si se termina?
Ojalá se solucione con acuerdo; entendamos que Ecuador en vías de desarrollo debe salir adelante, dejando costumbres de huelgas y quema de ciudades. Turismo es confianza: extranjeros confían su vida aquí y se van felices por la hospitalidad ecuatoriana. El grupo problemático es minúsculo; indígenas trabajadores reclaman pérdidas en Otavalo, adorado por europeos y norteamericanos. Para noviembre, volvamos a la normalidad; diciembre es vital.
-A pesar de este contexto de problemas y de convulsión sobre el paro nacional, ¿cómo reciben ustedes la reducción del IVA al 8%? ¿Hay un equilibrio ahí de pronto entre lo negativo y lo positivo o cómo reciben esto?
Lo recibimos bien; motiva al jefe de familia, como “yapa o 2×1” que impulsa las compras. Ahorro de 50-70 dólares se gasta en viajes, moviendo dinámica turística. Con casinos, contratación por hora, IVA bajo y días adicionales en feriados, turismo tendría mejor cara y resultados, pese a costos de oportunidad perdidos.
La entrevista completa puede visalizarse en las plataformas digitales de Manavisión Plus.