En los próximos días, el Vaticano se convertirá en el epicentro de la atención mundial. Los cardenales menores de 80 años se reunirán en un ambiente de máxima discreción para llevar a cabo una de las tradiciones más antiguas y enigmáticas de la Iglesia Católica: la elección del sucesor del papa Francisco. Este trascendental evento, conocido como cónclave, inspira fascinación y curiosidad a partes iguales.
Curiosamente, este importante acto eclesiástico coincide en el tiempo con el reciente estreno de la película de Hollywood titulada precisamente ‘Cónclave’, dirigida por Edward Berger. Este filme ofrece una visión ficticia del proceso de elección del nuevo papa, generando aún más interés sobre los procedimientos reales que se llevan a cabo a puerta cerrada. La película ‘Cónclave’, cuyo nombre evoca la secreta reunión de los cardenales para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica, ha logrado una considerable recaudación a nivel mundial, alcanzando los 115 millones de dólares. Está también disponible en la plataforma Amazon Prime Video y Magis TV (o Flujo TV).
El delicado equilibrio entre ficción y realidad en la pantalla grande
La producción cinematográfica ‘Cónclave’ brinda al espectador una ventana a un proceso que, en la vida real, se desarrolla bajo estrictas medidas de seguridad para garantizar la total confidencialidad. A pesar de su naturaleza ficticia, la película ha suscitado comentarios de expertos en derecho canónico como Kurt Martens, profesor de la Universidad Católica de América, quien señaló que Cónclave es «bastante acertada, salvo por algunas cosas».
El reconocimiento de la crítica y la audiencia ha sido notable para ‘Cónclave’, cosechando importantes galardones. Entre ellos, destacan los Premios del Sindicato de Actores, los Premios de la Academia Británica de Cine y el prestigioso Oscar al mejor guion adaptado. Este éxito subraya el interés universal por desentrañar los misterios que rodean la elección papal y el funcionamiento interno del cónclave.
La trama de ‘Cónclave’: un vistazo a la sucesión papal ficticia
La trama de la película ‘Cónclave’ se inicia con la muerte de un papa ficticio, cuyo nombre no se revela. A partir de este punto, la narrativa sigue de cerca el complejo proceso y el intenso drama que envuelve la elección de su sucesor. La cinta cuenta con un elenco estelar, encabezado por Ralph Fiennes en el papel del cardenal Thomas Lawrence, decano del Colegio Cardenalicio.
Junto a Fiennes, figuras como Stanley Tucci, John Lithgow, Lucian Msamati y Sergio Castellitto interpretan a los principales cardenales que aspiran al liderazgo de la Iglesia. A lo largo del filme, se observa a los cardenales participando en numerosas sesiones de votación, compartiendo comidas en un espacio común y residiendo en las habitaciones del palacio papal, donde permanecen recluidos hasta que se alcanza un consenso.
La precisión de los rituales y procesos de votación en la ficción
Si bien muchos expertos han elogiado la película ‘Cónclave’ por considerarla una de las representaciones más fieles del cónclave, existen matices importantes. Piotr H. Kosicki, profesor asociado de historia en la Universidad de Maryland, advirtió que «en cierto nivel, muy pocas personas ajenas al Colegio Cardenalicio pueden hablar realmente de la realidad» de lo que sucede tras las puertas cerradas del cónclave.
No obstante, Kosicki reconoció que muchos de los rituales que se muestran en la película son «más o menos correctos». Entre ellos, mencionó las oraciones que se recitan, la quema de las papeletas de votación e incluso la peculiar acción de ensartar con una aguja cada papeleta antes de incinerarla. Durante la votación del cónclave, cada cardenal escribe el nombre de su elección en una papeleta rectangular.
El humo: negro por indecisión, blanco por nuevo papa
Posteriormente, los votos se anuncian en voz alta, uno por uno, y cada papeleta se enhebra antes de ser quemada. Un elemento crucial en el proceso del cónclave es la señalización del resultado de las votaciones a través del humo que emana de la chimenea de la Capilla Sixtina. Si no se alcanza la mayoría requerida de dos tercios, el humo que se libera es de color negro, indicando que aún no hay un nuevo papa.
Se permiten hasta cuatro rondas de votaciones diarias durante el cónclave. Sin embargo, cuando finalmente un cardenal obtiene el apoyo de al menos dos tercios de los votantes, el humo que sale de la chimenea se torna blanco. Esta es la señal inequívoca para el mundo de que la Iglesia Católica tiene un nuevo papa.
Divergencias y la realidad del juego político en el Vaticano
A pesar de la fidelidad en muchos aspectos, la película ‘Cónclave’ presenta algunas licencias creativas. Por ejemplo, ciertos rituales se llevan a cabo en una mezcla de inglés y español. En contraste, el profesor Kosicki enfatizó que «en el Vaticano se reza en italiano o en latín, y punto». Esta precisión lingüística subraya la importancia de la tradición y el protocolo en el cónclave.
Aunque resulta difícil conocer con exactitud lo que ocurre dentro de los muros del cónclave, Massimo Faggioli, profesor de historia de la Universidad de Villanova, comparó la elección de un papa con la elección de un jefe de Estado. Según Faggioli, las maniobras políticas se intensifican tras la muerte del papa, durante el periodo conocido como sede vacante.
La Sede Vacante: un periodo de alianzas entre cardenales
En este lapso, algunos cardenales acceden a conceder entrevistas a los medios de comunicación, buscando elevar su propio perfil o el de otros posibles candidatos. Se forman grupos que mantienen conversaciones tanto formales como informales. Además, se celebran congregaciones generales en las que todos los cardenales debaten sobre el estado actual de la Iglesia y consideran los posibles sucesores para el papado.
«Esta vez, creo que es un cónclave abierto, lo que significa que no hay un sucesor natural, o no hay un cardenal que sea claramente el favorito», apuntó Faggioli. Esta situación de incertidumbre podría intensificar las negociaciones y las estrategias dentro del cónclave.
La duración del cónclave
La palabra cónclave tiene sus raíces en las palabras latinas com, que significa «juntos», y clavis, que se traduce como «llave». Este término evoca el carácter de encierro del proceso, establecido a principios de la Edad Media con el objetivo de asegurar una rápida elección del nuevo papa. Los cardenales prestan juramento de secreto y no pueden abandonar el área del cónclave hasta que se elige a un nuevo líder.
La película ‘Cónclave’ presenta la elección de un papa a lo largo de tres intensos días y siete votaciones. Sin embargo, en los últimos dos siglos, los cónclaves han tendido a ser más breves. Faggioli señaló que el papa Benedicto XVI fue elegido en tan solo dos días en 2005, al igual que el papa Francisco en 2013.
«A todo el mundo le gusta que las cosas vayan rápido, porque es una muestra de unidad», afirmó Kosicki. «Y eso significa que se envía una especie de mensaje fuerte al mundo exterior, a los 1.400 millones de católicos», agrega.