En Ecuador y otros países de la región, cada vez más parejas deciden hacer una mudanza antes del nacimiento de su primer hijo. La búsqueda de un espacio más amplio, seguro o funcional para el cuidado del recién nacido impulsa esta decisión. Sin embargo, expertos advierten que hacerlo sin una planificación financiera adecuada puede generar sobreendeudamiento o comprometer el presupuesto familiar.
Motivaciones principales: espacio y seguridad
La llegada de un hijo implica cambios sustanciales en el estilo de vida. Muchas parejas consideran que su vivienda actual no cumple con los requisitos mínimos para criar a un bebé, ya sea por falta de espacio, condiciones estructurales, inseguridad del barrio o distancia de centros de salud.
“La principal razón por la que las parejas se mudan antes del nacimiento es la necesidad de una habitación adicional y mejor acceso a servicios”, explica Paula Jaramillo, asesora inmobiliaria. También influye la búsqueda de entornos más tranquilos o alejados del ruido urbano.
En este proceso, algunas familias optan por mudarse con familiares temporalmente, mientras otras deciden alquilar o incluso comprar una nueva vivienda.
Costos asociados que muchas veces se subestiman
Una mudanza implica una serie de costos que van más allá del arriendo o la hipoteca. Según Jaramillo, el traslado promedio de un hogar pequeño puede costar entre $250 y $400, dependiendo de la distancia y la cantidad de objetos.
A ello se suman gastos de adecuación en la nueva vivienda, como pintura, instalación de dispositivos de seguridad, mejoras eléctricas, compra de muebles o cortinas. También es común la adquisición de nuevos electrodomésticos para hacer frente a la nueva dinámica familiar.
Si no se planifican correctamente, estos gastos pueden generar endeudamientos innecesarios, especialmente si se recurren a créditos de consumo o tarjetas.
Recomendaciones para una mudanza responsable
Especialistas en planificación financiera familiar recomiendan realizar una evaluación presupuestaria previa para definir si la mudanza es viable y cuánto se puede destinar al nuevo hogar sin afectar otros compromisos, como el ahorro, el seguro médico o los gastos prenatales.
Se sugiere priorizar el arriendo sobre la compra en casos donde no se tenga un fondo de emergencia sólido, y evitar compromisos financieros a largo plazo si la estabilidad laboral de la pareja no está garantizada.
También es importante considerar la cercanía a hospitales, transporte público, centros educativos y redes de apoyo, como familiares o amigos.
Elegir sin endeudarse: claves prácticas
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Establecer un presupuesto realista: Incluir no solo el costo del arriendo o hipoteca, sino también servicios, mantenimiento y transporte.
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Evitar compras impulsivas: No todos los artículos para bebés son necesarios desde el inicio.
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Comparar barrios y tipos de vivienda: Evaluar costo-beneficio y crecimiento futuro del entorno.
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Negociar contratos con flexibilidad: Optar por arriendos con salida anticipada sin penalización o periodos de gracia.
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Solicitar asesoría profesional: Tanto en el aspecto inmobiliario como en el financiero.