La estatal rusa Rostec ha completado la primera fase de una fábrica en Venezuela para producir cartuchos de 7.62 milímetros (mm) para fusiles Kaláshnikov. La planta, ubicada en Venezuela, cuenta con una capacidad anual de hasta 70 millones de unidades. Se informó que la fábrica está ubicada en el complejo industrial de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim) en Maracay.
Con eso, Rusia busca fortalecer la defensa nacional al garantizar munición de fabricación local, según se informó. La construcción, liderada por Rosoboronexport, agencia estatal rusa de exportaciones militares, incluye cuatro líneas de ensamblaje. Se trata de dos para cartuchos con núcleo de acero y dos para balas trazadoras y de fogueo. La planta cuenta con campos de tiro, almacenes y un sistema de manejo de desechos.
Se afianzan las relaciones entre Venezuela y Rusia
Este proyecto, iniciado en 2006 bajo un acuerdo entre los gobiernos de Hugo Chávez y Vladimir Putin, enfrentó retrasos por sanciones internacionales y problemas logísticos. Sin embargo, entró en operación tras superar estas dificultades.El director ejecutivo de Rostec, Oleg Yevtushenko, destacó a la fábrica. Calificó la estrategia como un hito en la cooperación tecnológica entre Rusia y Venezuela, un aliado clave en América Latina.
“Este paso fortalece la capacidad defensiva venezolana y asegura un ciclo completo de producción para el ejército, la policía y otras fuerzas de seguridad”, afirmó. Además, se planea la construcción de una planta para fabricar fusiles Kaláshnikov AK-103. El proyecto se enmarca en una alianza entre Caracas y Moscú, consolidada en mayo de 2025 con un acuerdo de cooperación a diez años en sectores como energía, transporte y seguridad.
Venezuela, que opera armamento ruso como cazas Su-30MK2, helicópteros Mi-17 y tanques T-72, es el mayor comprador de equipos militares rusos en la región. Posee contratos estimados en 11 mil millones de dólares desde 2005.A pesar de las sanciones impuestas por Estados Unidos a ambos países, el director de Rosoboronexport, Alexander Mijéyev, subrayó que el proyecto avanzó sin interrupciones significativas.
Se construirá una planta de fusiles
La fábrica no solo abastecerá al ejército venezolano, sino que también podría exportar cartuchos a otros países, según Rostec. Las pruebas iniciales confirmaron que los productos cumplen con los estándares de calidad establecidos. El complejo industrial en Maracay refuerza la independencia militar de Venezuela en un contexto de tensiones geopolíticas.
Desde 2001, cuando se firmó el contrato inicial, el proyecto ha enfrentado críticas por demoras y acusaciones de interferencia extranjera, especialmente de Estados Unidos. La próxima etapa, que incluirá la producción de fusiles, está prevista para los próximos años. La cooperación militar ruso-venezolana, iniciada bajo el gobierno de Hugo Chávez, sigue siendo un pilar de las relaciones bilaterales de ambas naciones.