La conservación del camarón es un reto para los exportadores ecuatorianos



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Lograr la correcta conservación de los camarones es uno de los principales retos para los exportadores de este producto, debido a la delicadeza del mismo.

Cometer errores en el tratamiento de estos alimentos perecederos puede llevar a la pérdida de cargamentos completos del producto, dejando importantes pérdidas económicas no solo para el sector sino para el país. Por este motivo, y para contrarrestar esta situación, el metabisulfito de sodio (grado alimenticio) se ha convertido en una solución fundamental gracias a su acción antioxidante, la cual detiene el proceso de descomposición del marisco, según un comunicado del Grupo BASF, multinacional química que trabaja en nutrición, cuidado y soluciones para la agricultura.

Consumir mariscos en mal estado puede provocar infecciones gastrointestinales, intoxicaciones, e inclusive la transmisión del cólera. Para evitar esto, se debe garantizar una conservación óptima desde el momento de la recolección, evitando la descomposición o la presencia de melanosis. Para este fin, lo que se busca es impedir la reacción del camarón con el oxígeno y así detener el proceso de melanosis.

De esta manera, el metabisulfito de sodio, un polvo fino y cristalino se vuelve una solución gracias a su acción antioxidante que contrarresta este proceso.
“La melanosis se trata de un proceso enzimático el cual, en combinación con el oxígeno atmosférico, desarrolla un ennegrecimiento parcial de ciertas partes del camarón. La aparición de esta coloración se da a las pocas horas de ser capturado, iniciándose en la cabeza y extendiéndose paulatinamente en dirección a la cola y ramificándose por las extremidades del crustáceo”, explica María Isabel Álvarez, consultora de ventas de químicos industriales de BASF.

Actualmente, en Ecuador, se exportan 1.400 millones de libras de camarones por año, siendo un mercado de aproximadamente 4 mil millones de dólares anuales. Los principales compradores son Asia y Europa, representando un 49% y 25% de las exportaciones totales respectivamente.

Entendiendo la importancia de este mercado, BASF ha creado un proceso totalmente seguro, de calidad y libre de cualquier contaminación. Con este fin mantiene tres plantas propias para la producción de la soda, materia prima para elaborar el metabisulfito de sodio.

Además, es el único productor de sulfitos que tiene una planta de producción completamente cerrada, totalmente tecnificada y aislada del contacto humano en el proceso, con el único fin de evitar cualquier tipo de contaminación en el producto, alcanzando los más altos estándares de calidad.

Olga León, gerente de control de calidad de Grupo Omarsa, empacadora ecuatoriana de alcance internacional, agrega que “los procesos de cosecha con tratamiento Basf nos han permitido reducir el consumo por la concentración del producto, generando un beneficio en reducción de costos frente a otros productos”.

La compañía, que tuvo una producción de 200 millones de libras de camarones en el 2020, y sus principales mercados son Asia, Europa y Estados Unidos son uno de los principales exportadores de valores agregados para el mercado Europeo.

Bajo estas soluciones, BASF tiene como propósito crear soluciones altamente eficientes y a su vez, impulsar la sostenibilidad con foco en la eficiencia productiva de sus centros de producción, en el uso sustentable de sus recursos y en la reducción del impacto ambiental en todos sus procesos, destaca un comunicado de prensa de la multinacional.



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