Jofre, no de los ahorcados en la cárcel de Santo Domingo, temía por su vida

El cadáver de Jofre Cusme tenía marcas alrededor del cuello y en el pecho. En el rostro, en la nariz, y en los oídos tenía sangre, su cuerpo presentaba moretones. Su familia cree que lo golpearon y luego lo asfixiaron con un trozo de tela blanco que amarraron fuertemente alrededor de su garganta. Es lo que vieron cuando en la morgue de Santo Domingo les mostraron el cuerpo.El anuncio de su muerte llegó el viernes, cuando salió a la luz el caso de tres presos que hallaron presuntamente ahorcados en la cárcel de Santo Domingo de los Tsáchilas. Él era uno de ellos.
Lo conocían como el ‘Congo’. Cumplía una sentencia de más de 30 años de cárcel por un femicidio, ocurrido hace seis años en El Carmen. Lo culparon por haber matado a una expareja que tenía.

El viernes por la mañana recibió la visita de su actual pareja, Norma, con quien llevaba algunos meses de relación. Ella lo vio bien, tranquilo, animado porque en pocas semanas se sabría si podía salir en libertad condicional al cumplirse un tercio de su sentencia. Jamás imaginó que después de eso, solo lo vería muerto.
Mientras ella salía del pabellón de mediana seguridad pasado el mediodía, vio a un gran número de policías entrar a esa área de la cárcel Bellavista. Al llegar a la casa un rato después, intentó comunicarse con el ‘Congo’. El reo estuvo conectado hasta las 14h47 a un teléfono celular que tenía camuflado en las celdas. Pasada esa hora no hubo más noticias.

Norma asegura que su pareja vestía jean y sandalias, pero cuando lo retiraron, estaba sin pantalón y sus partes íntimas estaban tapadas con una toalla. Presume que otros reos le quitaron la ropa.
Ella acudió a la morgue de Santo Domingo donde ayer por la mañana pudieron hacerle la autopsia, porque tuvieron dificultades para obtener la cédula del ‘Congo’. Allí estaba también la madre del occiso y quien fuera su pareja y madre de los hijos que hoy deja en la orfandad.

Su nombre es Bethy Z. Tuvo una relación con él por cerca de 16 años y procrearon cuatro hijos, todos menores de edad. Su mamá se llevaba muy bien con él. Fue a ella a quien le confesó que había personas dentro de la cárcel que querían hacerle daño, que sentía temor y que trataría de estar tranquilo. Le dijo también, que por favor, no comentara nada con nadie.
“Siempre le aconsejé que no se metiera en problemas”, mencionó.
La familia se siente sorprendida con el presunto suicidio que anunció la Policía, por lo que piden a las autoridades investigar.