En Ecuador, la brecha laboral entre hombres y mujeres persiste según los últimos reportes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y portales de empleo. En junio de 2025, la tasa de desempleo femenina alcanzó el 4,2%, superando el 3,0% registrado en hombres. Además, la cifra nacional de empleo adecuado o pleno beneficia al 41,5% de los hombres frente al 27,9% de las mujeres, consolidando una histórica y robusta brecha de género en el acceso a empleos de calidad.
La diferencia también se refleja en los niveles de aspiración salarial y oportunidades de liderazgo, donde las mujeres se enfrentan a limitaciones estructurales y culturales. Reportes independientes y académicos resaltan que la brecha salarial, medida en expectativas de ingreso, fue del 7,35% a favor de los hombres en junio, con ellos solicitando en promedio $867 mensuales, ante los $807 de las mujeres. Además, solo un tercio de las postulaciones a cargos de jefatura proviene de mujeres.
Brecha laboral en empleo y salario
La Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo confirma que las mujeres siguen con menor presencia en el mercado laboral. Mientras el 52% de las mujeres forma parte de la fuerza laboral, en el caso de los hombres la cifra asciende al 77%. Las cifras indican que la desigualdad no es explicada por falta de capacitaciones, sino por barreras culturales y estructurales, como la carga del trabajo doméstico no remunerado y el bajo acceso a servicios de cuidado infantil.
En términos de salario, la brecha tuvo una leve reducción mensual en junio, luego de haber escalado en mayo a 10,34%. A pesar de este ajuste, el diferencial persiste y se agudiza en posiciones jerárquicas, donde los hombres representan cerca del 68% de las postulaciones a cargos de supervisión y jefatura, relegando la participación femenina a menos de la mitad.
Menor acceso al empleo adecuado para la mujer
Solo 27,9% de las mujeres ocupadas cuentan con un empleo pleno (con ingreso igual o superior al salario mínimo y jornada completa), versus 41,5% de los hombres. Esta diferencia afecta a la seguridad económica, la estabilidad y las posibilidades de desarrollo profesional para las trabajadoras.
Además, el trabajo femenino está sobrerrepresentado en empleos precarios y no remunerados. Según organismos internacionales, las mujeres ecuatorianas trabajan semanalmente 55,8 horas en promedio —incluido trabajo doméstico—, mientras que los hombres suman 49,6 horas; no obstante, gran parte de ese esfuerzo sigue sin reconocimiento monetario.
Factores que explican la brecha laboral
Entre los factores que explican esta brecha, destacan:
-
La prevalencia de roles tradicionales que asignan las tareas de cuidado a las mujeres.
-
La baja participación femenina en áreas técnicas y científicas, mejor remuneradas.
-
Las dificultades para acceder a puestos de liderazgo.
-
La limitada presencia de políticas públicas para fomentar la conciliación trabajo-familia y reducir la informalidad en el empleo femenino.
Políticas, dirigencia gremial y retos
La reducción de la brecha laboral es reconocida como parte de la agenda del Ministerio de Trabajo y del INEC, que insisten en la necesidad de impulsar medidas de corresponsabilidad familiar y en el acceso a servicios de cuidado infantil. Voceros sindicales y portavoces de colectivos laborales han solicitado ampliar la capacitación en tecnología y fortalecer la inspección laboral para asegurar la equidad en el acceso a empleos formales y bien remunerados.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional advierte que cerrar completamente la brecha laboral entre hombres y mujeres podría aumentar el PIB ecuatoriano hasta un 17%, subrayando la importancia estratégica de una mayor integración de la mujer en la economía.