En un giro inesperado tras meses de tensiones, el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, anunció su disposición a colaborar con el presidente reelecto Daniel Noboa. Enfatizó la necesidad de trabajar juntos por el bienestar de la ciudad y el país. En una declaración que recuerda su pasado como dirigente deportivo, Álvarez comparó la contienda política con un “Clásico del Astillero” y señaló que, tras la competencia, corresponde “pasar la página” y respaldar al gobierno por el bien común.
“Vengo del fútbol, y esto fue como un Clásico del Astillero: uno lo deja todo, pero al final hay que pasar la página. Si el pueblo reeligió al presidente por cuatro años, debemos respaldarlo por el bien común, por nuestras familias y nuestros hijos”, afirmó Aquiles Álvarez en una entrevista radial. También destacó la postura del ministro de Gobierno, Arturo Félix De la Gasca, quien expresó su voluntad de saldar deudas pendientes con los municipios. “Si el gobierno extiende la mano, nosotros, como municipio, también lo haremos”, añadió.
Esta declaración marca un cambio en el tono de Aquiles Álvarez, quien ha mantenido una relación conflictiva con Noboa desde octubre de 2023, cuando comenzaron los desencuentros públicos entre ambos. La disputa, que abarca desde cuestiones administrativas hasta acusaciones legales, se convirtió en un punto central de la política ecuatoriana.
Antecedentes de la disputa
El enfrentamiento entre Aquiles Álvarez, representante del correísmo y alcalde de Guayaquil desde mayo de 2023, y Noboa, líder de Acción Democrática Nacional (ADN), comenzó durante la campaña presidencial de 2023. Uno de los primeros roces ocurrió el 9 de octubre de 2023, durante la sesión solemne por los 203 años de independencia de Guayaquil. Álvarez criticó a Noboa, entonces candidato, por no asistir al evento y por organizar actividades proselitistas cerca del lugar. Calificó esta acción como una “falta de respeto” a la ciudad.
Cuando Noboa asumió la presidencia, las tensiones aumentaron. En noviembre de 2023, el gobierno derogó un decreto que otorgaba al Municipio de Guayaquil la competencia para construir el Quinto Puente, una obra clave para la ciudad. Esto provocó reclamos de Aquiles Álvarez. En enero de 2024, el alcalde expresó su malestar porque no lo invitaron a las reuniones del Consejo de Seguridad Pública (Cosepe) durante una ola de violencia en Guayaquil. Noboa respondió que dichas sesiones eran reservadas.
El conflicto alcanzó un punto crítico en julio de 2024, cuando el gobierno denunció a Álvarez, a su hermano Antonio y a su empresa Copedesa ante la Fiscalía por presunto comercio irregular de combustibles, en el marco del caso “Triple A”. La Fiscalía señaló diferencias en los volúmenes de combustible facturados y acusó a las empresas de los Álvarez de actividades ilícitas. Álvarez calificó la denuncia como una “persecución política” y un “montaje distractor”. Afirmó que no existían pruebas en su contra.
Pugna por competencias municipales
Otro episodio relevante ocurrió en marzo de 2025, cuando Álvarez acusó al gobierno de Noboa de despojar al Municipio del control del parque Samanes mediante un decreto que consideró “sin sustento legal”. También denunció una campaña de desprestigio en redes sociales, incluyendo un video que acusaba a empleados municipales de apoyar obligatoriamente a la Revolución Ciudadana. Álvarez respondió con críticas directas a Noboa.
La pugna también incluyó disputas por recursos y competencias, como la entrega de una garantía soberana para un proyecto de agua potable en Monte Sinaí. Álvarez reclamó esta garantía con vehemencia y acusó al gobierno de obstaculizar su gestión.
Además, en febrero de 2025, el control de 34,000 cámaras de seguridad de la Empresa Municipal Segura EP generó controversia. Noboa exigió integrarlas al ECU 911, mientras Álvarez defendió la autonomía municipal.
Un llamado a la unidad
Pese a este historial de confrontaciones, Aquiles Álvarez adoptó un discurso conciliador tras la reelección de Noboa el 13 de abril de 2025. En su mensaje, reconoció el triunfo electoral del presidente y expresó su compromiso de trabajar desde temprano por Guayaquil, dejando atrás las “peleas” políticas. “La campaña terminó, hay que pasar la página. En Guayaquil no paramos y seguimos adelante”, escribió en sus redes sociales el 14 de abril.
Analistas políticos consideran que este cambio de postura refleja el intento de Álvarez de priorizar la gobernabilidad y garantizar recursos para Guayaquil, especialmente ante las deudas pendientes del gobierno central con los municipios. Noboa, en su discurso postelectoral, destacó la necesidad de equidad y desarrollo, lo que sugiere una posible apertura al diálogo.