Las artes son infinitas y hermosas. Ver rostros llenos de admiración e incluso lágrimas cuando escuchas una pieza magistral o cuando ves los cuadros más renombrados es más común de lo que podrías pensar.
En lo personal, una de las artes que más me gusta es el teatro. Poder tener ese contacto directo con los actores, ya que, a diferencia de las películas o series, no hay repetición y las fallas tienen que solventarlas sobre la marcha. Me parece increíble. Aplaudo esa capacidad de memoria, el histrionismo sobre las tablas para interpretar los más variados personajes.
La arquitectura es considerada parte de las artes. Encontrar una edificación que tenga un sentido y significado es placentero, sobre todo cuando son espacios accesibles, llenos de luz y con una belleza sin igual; de las más reconocidas en el mundo se considera a la Sagrada Familia de Antonio Gaudí en Barcelona, la Ópera de Sídney en Australia, el Pentágono en Estados Unidos, el Coliseo de Roma o la Gran Muralla China.
Aterrizando en nuestro medio, puedo decir que Ecuador cuenta con grandes artistas, unos más renombrados que otros, pero que nos llenan de orgullo. Sin embargo, debemos poner nuestros ojos en los artistas en formación y en los que recién inician sus procesos.
A lo largo de los meses de vacaciones, los niños han asistido a cursos de artes, lo que es tan necesario en estos tiempos que queremos desconectar un poco a los chicos de la tecnología, para que encuentren un equilibrio al momento de divertirse y aprender. Mas no debemos olvidar que hay un buen número de niños y adolescentes que no tienen acceso a estos espacios, por lo que deben ser permanentes, constantes y distribuidos equitativamente en la geografía de las ciudades y provincias.
Para combatir los altos índices delictivos, el Gobierno tendrá que ejecutar los planes que sean necesarios, pero deberá trabajarse en áreas paralelas y con el apoyo de la familia, los centros educativos, la comunidad y los gobiernos seccionales. Hay muchos sectores deprimidos para intervenir.
Tenemos que sacar a los chicos de las calles. Ellos tienen que estudiar, además aprender un arte, deporte u oficio que les permita tener su cabeza ocupada y conocimientos que le ayudarán en el futuro, incluso como fuente de trabajo.
Las artes no solo son belleza. Según los expertos, ayudan a mejorar la comunicación, la sensibilidad, la empatía, fomentan la imaginación, gestionan el estrés, impulsan las habilidades sociales y el estímulo cerebral. Sembremos bien y cosechemos mejor.
@AndreaLimongiS