La temporada invernal de 2025 ha dejado una estela de destrucción en Manabí, con más de 90.000 personas afectadas (el 44 % de la cifra nacional) y al menos siete fallecidos, convirtiéndola en la provincia más golpeada del país. Los desbordamientos de ríos y quebradas han causado daños en viviendas, infraestructura vial y centros educativos.
Con la disminución de las lluvias, es imperativo que la Prefectura de Manabí active de inmediato las dragas disponibles para limpiar los cauces de ríos y quebradas. Esta medida es esencial para prevenir futuras inundaciones y proteger a las comunidades vulnerables. Además, los municipios deben colaborar con sus equipos y recursos en estas labores de limpieza y mantenimiento. A esto debe unirse el Gobierno nacional, con las asignaciones de recursos y la asesoría oportunas.
La falta de acción oportuna podría resultar en consecuencias aún más graves en futuras temporadas invernales, incluso con menor intensidad que la actual. Es responsabilidad de las autoridades nacionales, provinciales y locales trabajar conjuntamente para disminuir los riesgos y garantizar la seguridad de la población.
La prevención y el mantenimiento adecuado de los cauces fluviales son fundamentales para evitar tragedias y proteger el bienestar de los manabitas.