La sociedad, en su mayoría, lucha a diario por un futuro de esperanza. Donde la corrupción y los delitos pasen a la historia.
Eso pese a que nuestra sociedad está viviendo una realidad llena de imaginarios culturales, donde el “más sabido” es el que roba, estafa y desfalca en cualquier ámbito.
Necesitamos cambiar esa realidad.
Como sociedad debemos denunciar y sancionar al que obra mal.
Y los que más obran mal son los funcionarios públicos, lastimosamente.
Hace poco, un policía me alquiló un departamento. Como es un funcionario que debe dar ejemplo de respeto a la ley en toda circunstancia, confié en él.
Al final resultó un estafador. Se desapareció sin pagar el último mes del alquiler y siete meses de energía eléctrica.
También, él y su esposa, quedaron debiendo en la tienda del barrio.
Qué vergüenza para la institución. Allí es que como sociedad debemos dar ejemplo para que no haya malos servidores.