Las noches largas, el consumo de alcohol y el hábito de fumar los fines de semana no solo alteran la rutina y provocan cansancio los lunes por la mañana. Sino que también podrían estar vinculados a un trastorno del sueño poco conocido llamado apnea obstructiva del sueño (AOS). Investigadores de la Universidad de Flinders, en Adelaida, Australia, han identificado un patrón temporal de este trastorno que se relaciona directamente con los cambios en los hábitos de fin de semana, al que han denominado “apnea social”.
Qué es la apnea obstructiva del sueño
La AOS es un trastorno del sueño que afecta a cerca de mil millones de personas en todo el mundo. Se produce cuando las vías respiratorias colapsan de manera repetida durante el descanso, interrumpiendo la respiración y reduciendo el oxígeno en sangre. Esta condición no tratada aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, deterioro cognitivo, depresión e incluso la muerte. Según los especialistas, la gravedad de la apnea puede variar de una noche a otra. Esto provoca diagnósticos incorrectos en aproximadamente el 20% de los pacientes.
La “apnea social”: un riesgo ligado a los hábitos del fin de semana
El estudio australiano destaca que ciertos comportamientos durante los fines de semana —como dormir hasta tarde, ingerir alcohol y fumar— pueden intensificar los episodios de apnea. Aunque no se trata de una forma distinta del trastorno, sí representa un patrón temporal que aumenta los riesgos asociados. La irregularidad en los horarios de sueño y los excesos del ocio contribuyen a que el organismo no recupere adecuadamente los niveles normales de oxígeno durante la noche.
Consecuencias y señales de alerta
Entre los síntomas más frecuentes de la apnea obstructiva del sueño se encuentran ronquidos intensos, despertares frecuentes, sensación de ahogo durante la noche. También somnolencia diurna y dificultad para concentrarse. Quienes presentan estos signos deben consultar con un médico especialista. Él puede indicar estudios como la polisomnografía para confirmar el diagnóstico y establecer un tratamiento adecuado.
Estrategias para proteger tu sueño
Mantener horarios regulares de descanso, moderar el consumo de alcohol, evitar fumar y un buen ambiente para dormir son medidas esenciales para reducir episodios de apnea. Incluyendo los relacionados con la “apnea social”. Adoptar hábitos de sueño saludables no solo mejora la calidad del descanso. También protege la salud cardiovascular, refuerza el sistema inmune y contribuye a un mejor desempeño cognitivo y emocional.
Los expertos enfatizan que prevenir es clave. No esperar a sentir síntomas graves y consultar de manera temprana permite tratar la apnea a tiempo y minimizar sus efectos a largo plazo. La conciencia sobre los riesgos asociados a los hábitos de fin de semana puede marcar la diferencia entre un descanso reparador y un problema de salud silencioso.