Manabí es una provincia extensa y diversa. Tiene potencial en comercio, ganadería, turismo, y puede crecer en producción, generación de empleo, ventas y ganancias.
En las elecciones siempre es centro de atención, es como un trofeo que todos quieren; parte de su atractivo es el número de votantes.
Portoviejo es una ciudad política, donde la educación y la salud ganan espacio a través de los centros educativos y universidades, y se trabaja para que fortalezca su clúster de salud. Manta es portuaria, comercial y turística, con reconocimiento nacional e internacional. Y los 20 cantones restantes tienen sus fortalezas bien identificadas.
¿Qué falta para que Manabí se convierta en una provincia más desarrollada? Primero, hay que dejar de lado las rencillas entre cantones, simplemente deben ser complemento; a veces son como primos que se pelean y luego se reconcilian. Se necesitan ciertas metas comunes.
Manabí necesita líderes, no caciques autoritarios. Se requiere de personas que tengan conocimiento, capacidad, formación, credibilidad, honestidad, para capitanear proyectos desde la transparencia.
¿Hay líderes? Sí, hay personas que capitanean sus cantones, sus empresas, instituciones, pero considero que faltan personas que realmente tengan o se preparen para ser potenciales representantes nacionales. Líderes muchos, con potencial provincial y nacional, pocos.
¿En qué se está fallando? Considero que falta más formación y escuelas de líderes, ¿Se trabaja en el área? Seguramente, pero a los verdaderos líderes hay que identificarlos, formarlos, pulirlos, desde los mismos colegios. Unos hacen, otros se hacen.
Hay agrupaciones de jóvenes que vienen haciendo labores interesantes pensando en comunidad portovejense como la Red Mundial de Jóvenes Políticos, REDMUN; Confepol, Cámara Junior, Rotaract. Hay gente entusiasta que quiere servir a los grupos vulnerables. Aplaudo esas acciones y creo que es necesario que fortalezcan las capacidades de estos jóvenes líderes a través de adiestramientos en los campos en los que destaquen; pueden llegar a ser buenos representantes provinciales en la política u otros campos.
John C. Maxwell, orador estadounidense, dice “Un buen líder inspira a la gente a tener confianza en él; un gran líder inspira a la gente a tener confianza en sí misma”. Los líderes no deben no deben ser idolatrados, ellos deben abrir senderos y recordar que hay que recuperar en el caso de Ecuador, la credibilidad y la confianza. Los líderes sirven a la comunidad, no a sus intereses personales.
@AndreaLimongiS