Olvidar dónde dejamos las llaves o qué íbamos a decir puede ser parte de la vida diaria, pero mantener una mente activa puede reducir estos episodios. Especialistas en neurociencia y salud mental recomiendan ejercicios simples y accesibles para estimular la memoria, que pueden practicarse en casa y sin equipo especializado.

Ejercitar la memoria: una necesidad creciente

La pérdida de memoria, en especial a corto plazo, afecta a millones de personas, incluso desde edades tempranas. Según datos del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN), al menos un 30% de los adultos entre 30 y 50 años presentan fallas de atención y retención por estrés, multitareas o falta de descanso.

“El cerebro necesita estimulación constante, al igual que los músculos. Ejercitarlo mejora su plasticidad y capacidad de respuesta”, indicó la doctora Patricia León, neuróloga adscrita al INNN.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha advertido sobre el aumento de trastornos cognitivos leves asociados al ritmo de vida urbano, señalando que pequeñas rutinas mentales pueden tener un impacto positivo comprobado.

Tres ejercicios para mejorar la memoria

1. Asociación de imágenes y palabras
Este ejercicio consiste en vincular elementos que se desean recordar con imágenes mentales o palabras clave. Por ejemplo, para recordar una lista de compras, se puede imaginar un recorrido visual por una tienda, asociando cada producto a una escena.
Beneficio: Estimula la memoria visual y espacial.

2. Juegos de lógica o rompecabezas
Sopas de letras, sudoku, crucigramas y acertijos promueven la conexión entre diferentes áreas del cerebro. Realizar estos ejercicios al menos tres veces por semana favorece la concentración y el pensamiento estratégico.
Beneficio: Mejora la memoria operativa y la resolución de problemas.

3. Repetición activa
Repetir en voz alta nombres, datos o conceptos poco después de escucharlos ayuda a fijarlos mejor en la memoria a largo plazo. Este método es común en terapias cognitivas para adultos mayores, pero también es útil en cualquier edad.
Beneficio: Refuerza la consolidación de la memoria declarativa.

Contexto: el papel del estilo de vida

Además del ejercicio mental, los hábitos diarios influyen significativamente en la salud cognitiva. Dormir entre 7 y 8 horas, mantener una dieta rica en antioxidantes y omega 3, y reducir el uso excesivo de pantallas son factores clave.

En una investigación publicada por la Revista Mexicana de Neurociencias, se concluyó que el 45% de los participantes que incorporaron hábitos saludables junto con ejercicios cognitivos reportaron mejoras significativas en su rendimiento diario en un plazo de dos meses.

“La mente también se fatiga, y una mala alimentación o el sedentarismo pueden empeorar su desempeño”, señaló el psicólogo clínico Carlos Méndez, especializado en neuropsicología cognitiva.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Aunque estos ejercicios son útiles en la vida cotidiana, no sustituyen la atención médica especializada. Si los olvidos se vuelven frecuentes, afectan el trabajo o la vida personal, o están acompañados de confusión o desorientación, es importante consultar a un neurólogo o neuropsicólogo.

En México, instituciones públicas como el INNN y el Instituto Nacional de Geriatría ofrecen evaluaciones gratuitas o de bajo costo para la detección temprana de deterioro cognitivo.