El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) confirmó este jueves 19 de junio daños en el reactor de agua pesada de Arak, ubicado en el oeste de Irán, tras una serie de bombardeos israelíes iniciados el 13 de junio. El ataque, parte de una escalada militar en Oriente Próximo, afectó edificios clave de la instalación, incluida la unidad de destilación, aunque no se reportan consecuencias radiológicas debido a que el reactor no estaba operativo ni contenía material nuclear.
Daños en infraestructura nuclear de Irán
El OIEA, organismo de control nuclear de Naciones Unidas, detalló en un comunicado que los daños se concentran en la planta de producción de agua pesada de Arak. Inicialmente, se reportaron afectaciones en estructuras cercanas, pero inspecciones posteriores confirmaron que la unidad de destilación y otros edificios clave sufrieron impactos directos. Rafael Grossi, director general del OIEA, advirtió sobre los riesgos potenciales para la seguridad nuclear, dado que Irán alberga una gran cantidad de material nuclear distribuido en varias instalaciones.
Aunque no se han registrado incidentes radiológicos graves, Grossi destacó la posibilidad de un accidente debido a la dispersión de partículas radiactivas en la atmósfera. Por ello, subrayó la necesidad de que Irán proporcione información técnica oportuna sobre el estado de sus instalaciones nucleares. Esta cooperación, según el OIEA, es esencial para garantizar una respuesta eficaz ante cualquier emergencia y mantener informada a la comunidad internacional.
Escalada del conflicto en Oriente Próximo
El ataque israelí forma parte de una ofensiva militar lanzada el 13 de junio contra instalaciones nucleares iraníes y zonas residenciales de Teherán, la capital del país. Según las autoridades iraníes, los bombardeos han dejado un saldo de más de 224 fallecidos y miles de heridos. En respuesta, Irán ha llevado a cabo ataques de represalia contra Israel, que han causado al menos 24 muertos.
El conflicto ha intensificado las tensiones en la región, especialmente tras la cancelación de una ronda de negociaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán, prevista para el 15 de junio en Mascate, Omán. Estas conversaciones buscaban avanzar hacia un nuevo acuerdo nuclear tras la retirada de Washington del pacto en 2018. Las autoridades iraníes suspendieron el diálogo debido a los ataques israelíes.
Contexto y riesgos nucleares
El reactor de Arak, diseñado para producir agua pesada, ha sido un punto focal en las discusiones sobre el programa nuclear iraní. La comunidad internacional ha monitoreado durante décadas. Aunque el reactor no estaba operativo, los daños podrían complicar los esfuerzos de inspección y control del OIEA. Grossi enfatizó que el organismo mantiene comunicación con Irán y otros países de la región para evaluar la situación y prevenir riesgos mayores.
El OIEA ha instado a todas las partes a priorizar la seguridad nuclear y evitar acciones que comprometan las instalaciones. “La presencia de material nuclear en múltiples ubicaciones de Irán aumenta la vulnerabilidad ante ataques”, señaló Grossi, insistiendo en la importancia de la transparencia para evitar una crisis radiológica.
Impacto regional y perspectivas
La escalada militar entre Israel e Irán también ha paralizado los esfuerzos diplomáticos para resolver las tensiones nucleares. La cancelación de las negociaciones en Omán refleja las dificultades para avanzar en un contexto de hostilidades. Mientras tanto, el OIEA continúa su labor de monitoreo, solicitando información actualizada para garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares iraníes.
El conflicto, que ha exacerbado la inestabilidad en Oriente Próximo, pone de relieve los desafíos para mantener la seguridad nuclear en un entorno de tensiones geopolíticas. La comunidad internacional observa con atención los próximos pasos de las partes involucradas, mientras el OIEA refuerza su llamado a la cooperación y la contención.
