Luisa Mera, residente de Manta, denuncia el líquido oscuro y fétido que derraman los recolectores de basura, ensuciando las calles.
Este lixiviado, además, incomoda a conductores que transitan detrás de los vehículos y a los obreros que operan los camiones. El lixiviado no solo genera malestar entre los ciudadanos, sino que afecta la salud de los obreros.
Según Oscar Vinces, supervisor de mantenimiento, este líquido es el principal enemigo de los recolectores, causando malos olores y deterioro. Por ello, los vehículos requieren limpiezas diarias para mitigar el problema y mantener su funcionalidad. Anteriormente, se aplicaba una bacteria que dejaba un aroma a vainilla, mejorando la experiencia, dijo.
La Dirección Administrativa, no la de Higiene, es la que gestiona el mantenimiento. Los vehículos nuevos, de marca Volkswagen, reciben repuestos originales y revisiones profundas. Sin embargo, los camiones antiguos se reparan internamente, lo que resulta costoso.
Rutinas de mantenimiento insuficientes
Héctor Bowen, director de Higiene y Salubridad, explicó que los recolectores se lavan entre las 3 y 4 de la tarde, al finalizar sus rutas. Se utilizan desinfectantes y bacterias para neutralizar olores, pero la disponibilidad de vehículos limita estos procesos.
Actualmente Manta cuenta con 26 recolectores, pero de ellos diez están obsoletos y listos para ser dados de baja. Sin embargo, los trámites con la Contraloría del Estado retrasan el proceso. En esa misma flota constan los 10 carros que fueron adquiridos en 2023, y que a la fecha funcionan muy bien, pero seis vehículos están inactivos: dos operativos y cuatro por repotenciar, lo que agrava la recolección de basura.
Hay un proceso para el alquiler de carros de basura
Sobre los pagos de los nuevos recolectores Bowen admitió retrasos debido a la crisis financiera que enfrenta el país.
Para abordar la crisis, el municipio planea alquilar seis recolectores a través del Portal de Compras Públicas. Bowen destacó que alquilar es más viable que comprar, ya que incluye operarios, combustible e insumos. El contrato, con vigencia de un año, está en fase final y podría firmarse en 25 días más o menos.
Bowen defendió el alquiler, argumentando que adquirir nuevos vehículos generaría más deudas, especialmente cuando los pagos de los recolectores de 2023 están pendientes. “El contratista asume los costos de mantenimiento y daños”, señaló. Esta estrategia busca garantizar una flota mínima para la recolección sin comprometer las finanzas municipales.
En Manta se generan 400 toneladas diarias de basura, pero la flota actual no logra cubrir la demanda.