El Senado de Colombia, en una sesión en el Capitolio Nacional, decidió con 49 votos en contra y 47 a favor no avalar la consulta popular propuesta por el presidente Gustavo Petro, según informó la cuenta oficial del Senado en la red social X.
La iniciativa buscaba que los ciudadanos decidieran sobre 12 preguntas relacionadas con la reforma laboral, un proyecto clave del Ejecutivo que había sido rechazado previamente por la Comisión Séptima del Senado el 18 de marzo de 2025. El plazo para aprobar la consulta expiraba el 20 de junio de 2025.
La votación, que duró cerca de seis horas, estuvo marcada por un ambiente tenso debido a un incidente con el senador Edgar Díaz del partido Cambio Radical. Inicialmente, Díaz expresó un voto a favor de la consulta, pero inmediatamente cambió su postura al “no”, según videos que hay en redes sociales.
Horas después, el senador aclaró en su cuenta de X que su voto siempre fue en contra: “Aunque algunos traten de confundir a la opinión pública, no cambiará la decisión que tomamos en el Senado, hundiendo esta innecesaria consulta”.
Controversia por el voto
El secretario general del Senado, Diego Alejandro González, procedió a registrar el cambio de voto de Díaz, lo que generó una reacción inmediata del ministro del Interior, Armando Benedetti.
En redes sociales, Benedetti agregó que el secretario agregó votos por el ‘No’ una vez se había cerrado la votación, lo cual vio como “un delito”. Esta acusación aumentó el calor en la sesión, con el Ejecutivo viendo mal la transparencia del proceso.
El presidente Gustavo Petro también se pronunció en su cuenta de X, afirmando que “no se hundió la consulta popular. La hundieron con fraude”. Petro acusó directamente al presidente del Senado, Efraín Cepeda, de cerrar la votación sabiendo que “ingresaban los votos que la hacían mayoría”.
Además, señaló que Cepeda “cometió el peor error posible que en Colombia pueda darse, usar el fraude”. En respuesta, Petro convocó a distintos actores sociales a tratar “de inmediato” la organización de marchas, declarando: “Estamos ante un fraude y el pueblo debe decidir”.
Gustavo Petro y su plan
La consulta popular propuesta por Petro buscaba revivir la reforma laboral, archivada por la Comisión Séptima del Senado en marzo de 2025 con ocho votos a favor y seis en contra.
Este proyecto, una de las promesas clave del gobierno, incluía medidas como ampliar la jornada nocturna desde las 18h00, aumentar el recargo por trabajo dominical y festivo al 100%, garantizar contratos laborales para aprendices, y promover la estabilidad laboral con contratos a término indefinido.
Tras el rechazo en el Senado, Petro anunció el 1 de mayo de 2025 la radicación de la consulta con 12 preguntas, presentada en el Salón de la Constitución ante el secretario Diego González, según el sitio oficial del Senado de la República.
La consulta requería la aprobación de la mayoría en la plenaria del Senado y, de ser avalada, debía superar un umbral de participación del 33.3% del censo electoral (unos 13 millones de votos) para ser vinculante, según la Ley 134 de 1994.
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Una encuesta de Cifras y Conceptos publicada el 6 de mayo de 2025 indicó que el 57% de los colombianos apoyaba la convocatoria, con al menos un 75% de respaldo a cada pregunta.
Sin embargo, la oposición, liderada por figuras como María Fernanda Cabal del Centro Democrático, criticó la iniciativa como un intento de “manipular a la ciudadanía”, según reportes internacionales.
Reacciones y próximos pasos
Tras el rechazo, el gobierno tiene un nuevo revés en su agenda de cambios sociales. El ministro Benedetti insistió en que la consulta “va sí o sí” y anunció un mensaje de urgencia para la mini reforma laboral del Partido Liberal, que incluye puntos como el aumento de la jornada nocturna y el recargo dominical.
Sin embargo, la oposición, incluyendo al expresidente César Gaviria, señaló que el Partido Liberal no apoyará la consulta, priorizando su propia reforma.
Petro, por su parte, mantiene su llamado a las personas, mientras que sectores enemigos apoyan el resultado como una “victoria”, ya que nunca estuvieron de acuerdo con lo que se quería hacer.