Los tres hombres acribillados en el sitio Río Caña de Montecristi (Manabí) eran comerciantes de pescado y cerdos, informó la Policía.
Ellos eran amigos y habitaban en la parroquia Abdón Calderón de Portoviejo.
Las víctimas fueron identificadas como César Gabriel Loor (27), Sandy Arteaga Zambrano (24) y Cristhian Alexander Cedeño (24).
Uno de ellos, según los exámenes realizados al cadáver, fue sometido a torturas antes de ser ajusticiado en una guardarraya que conduce a un camino veranero del sector Las Chácaras de Río Caña, una comunidad ubicada a 90 minutos de Montecristi, indicó la Policía.
El hallazgo de los cuerpos ocurrió el martes 22 de noviembre del 2022, a las 16h00, por un habitante del sector que circulaba en una motocicleta.
Los cadáveres fueron identificados el miércoles a las 09h00 en el centro forense de Manta por sus parientes que llegaron a la morgue tras conocer del hallazgo de los tres cadáveres.
Familiares de una de las víctima de Río Caña, Montecristi, llegaron con una foto al centro forense de Manta
Los familiares de César Gabriel Loor llegaron con una fotografía para que las autoridades corroboraran que era uno de los asesinados.
Al comparar los cadáveres se confirmó que se trataba de Loor y los otros dos fallecidos eran sus amigos.
A los cuerpos también se les realizaron los análisis de huellas dactilares.
Loor tenía tres hijos, era comerciante de cerdos y vivía en el sector Juan Dama.
El segundo asesinado, Sandy Arteaga Zambrano, era dueño de una tienda, vivía cerca del colegio Abdón Calderón y tenía dos hijos. Uno de ellos cumplió ayer cuatro años de edad.
Arteaga le había prometido llevar una torta para cantarle el feliz cumpleaños en la escuela. Incluso había dejado encargado y pagado el pastel con una foto del niño disfrazado de Superman.
Hasta el miércoles en la mañana, el niño no sabía que su padre había muerto, informaron sus familiares.
El último acribillado, Cristhian Alexander Cedeño, era comerciante de mariscos, vivía en el barrio San Francisco de Asís y era padre de tres hijos.
Ninguna de las víctimas registraba antecedentes penales.
Desaparecen
Un amigo de los tres fallecidos, que por seguridad evitó revelar su identidad, informó que las víctimas se comunicaron por última vez con sus parientes el martes al mediodía.
A partir de las 13h00 ya no respondieron las llamadas telefónicas ni los mensajes.
Agregó que sus tres amigos salieron de la parroquia Calderón el lunes en la mañana a comprar chanchos a Puerto López, pero en el lugar se les dañó el carro en que se movilizaban.
El vehículo fue ingresado a un taller y luego las tres víctimas decidieron comprar una carga de pescado con la intención de venderla en Salinas.
Esa es la última información que los tres portovejenses les proporcionan a sus parientes. Después de eso se perdió todo contacto.
Los familiares presumen que fueron secuestrados el martes a las 13h00 y luego los llevaron a Río Caña para asesinarlos.
Evidencias
El coronel Luis Cano, jefe de la Policía de Manta, informó que en la escena del crimen hallaron 19 casquillos de balas.
“Por eso tenemos la certeza de que las víctimas fueron conducidas hasta ese lugar despoblado para ajusticiarlas”, agregó Cano.
El oficial dijo que al llegar a la escena del crimen había dos cuerpos sin vida y la tercera víctima aún respiraba.
Se trataba de César Gabriel Loor, quien fue auxiliado por rescatistas del Cuerpo de Bomberos en el sitio y luego lo trasladaron de urgencia al hospital del Seguro Social de Manta, pero luego de unos 50 minutos falleció.
Cano detalló que por las huellas halladas en el sitio y las investigaciones preliminares se presume que el triple crimen fue perpetrado por sicarios que viajaban en varios vehículos.
El jefe policial comentó que cerca de los cuerpos de las víctimas se hallaron varias prendas que habrían sido de los criminales, quienes luego del atentado se habrían cambiado de ropa para evitar que los reconocieran.
Aún no hay pistas de los responsables.
Los cuerpos fueron retirados el miércoles de la morgue y trasladados a Calderón.
Las parejas de las víctimas evitaron pronunciarse.