El final del día significa para la mayoría de las personas el ansiado descanso tras una jornada en la que apenas se ha podido parar un momento. Sin embargo, no siempre se consigue conciliar el sueño con facilidad.
Ante esta situación, hacer un sencillo ejercicio de meditación antes de dormir puede facilitar el sueño y el descanso efectivo.
La meditación tiene diversos beneficios
Al meditar antes de dormir acabamos con los pensamientos revueltos, calmando así nuestra mente. Problemas laborales, conflictos sentimentales, preocupaciones con los hijos y más queda suspendido durante unas horas en beneficio de nuestro descanso.
Otro beneficio de la meditación es hacia nuestra salud cardiaca. El Colegio Médico de Wisconsin hizo un estudio en el que constató que las personas que optaban por meditar antes de dormir reducían hasta un cincuenta por ciento el peligro de padecer un ataque al corazón.
Por otra parte, la meditación previa al descanso nocturno consigue las hormonas de la felicidad (serotonina, dopamina, endorfinas) entren en acción debido a la calma y relajación obtenidas.
¿Cómo lo hago?
Los procesos de meditación son más fáciles de lo que crees, solo es necesario buscar un lugar tranquilo, libre de elementos tecnológicos o pantallas.
Una vez que hayas identificado el lugar, que puede ser tu propio cuarto, siéntate o acuéstate cómodamente. Luego cierra los ojos y respira profundamente, inhalando por la nariz y exhalando por la boca durante 5 minutos.
Concéntrate en tu respiración, dejando pasar pensamientos sin juzgarlos. Como siguiente paso visualiza un lugar relajante o repite un mantra como “paz”, hasta que logres sentir que tu cuerpo se relaja.
¿Dónde se origina la meditación?
La meditación tiene orígenes antiguos y diversos, remontándose a miles de años en distintas culturas. Surgió en la India alrededor del 1500 a.C., con prácticas contemplativas en los Vedas hindúes, evolucionando en el yoga y el budismo.
En el siglo VI a.C., Siddharta Gautama, Buda, formalizó técnicas meditativas para alcanzar la iluminación, enfatizando la atención plena y la concentración. Paralelamente, en China, el taoísmo y el confucianismo desarrollaron prácticas de quietud mental y conexión con el «Tao».
En el Mediterráneo, tradiciones como el estoicismo y el misticismo judío (Kabbalah) incorporaron formas de introspección similares. Estas prácticas, aunque variadas, compartían el objetivo de cultivar la paz interior, la autoconciencia y la conexión espiritual.
Una práctica actual
Con el tiempo, la meditación se difundió globalmente, adaptándose a contextos religiosos y seculares. Hoy, técnicas como el mindfulness derivan de estas raíces, integrando ciencia y espiritualidad para promover el bienestar mental y emocional.
La tecnología también se ha convertido en una herramienta para meditar, a través de aplicaciones globalmente famosas. Sin embargo, expertos siguen señalando que para lograr la relajación total es mejor no tener dispositivos electrónicos cerca.
