La amenaza de deslizamiento es más fuerte que nunca en el sector Subidita al Cielo, de Portoviejo. Allí, 57 familias viven entre peligrosas quebradas por donde cada que llueve se forman cascadas de lodo y basura.
La casa de Mariana Chávez está al pie de una de las cinco quebradas que atraviesan este sector de la ciudadela Cevallos, ubicada en la parroquia Francisco Pacheco, de Portoviejo. Salir del lugar en los días lluviosos es casi una odisea.
Rodeada de árboles con raíces expuestas a punto de caer y de la basura que baja desde las casas de la parte alta, ella debe caminar por estrechos senderos de barro y maleza. Ya en lo que consideran la calle principal la situación no es menos grave. Las grietas de 30, 50 y hasta 80 centímetros de profundidad son una verdadera trampa.
Todo el sector es un área que se desmorona de a poco. José Luis Feiz, dirigente del sector, describe esos 200 metros en el tramo final de la colina como estar parados sobre fichas de dominó. “El deslizamiento puede pasar en cualquier momento”, dice Feiz, mientras enseña copias de informes del Municipio de Portoviejo donde se indica que el área es de alto riesgo.
Asentamientos irregulares, una bomba de tiempo en las colinas
Subidita al Cielo no es un caso aislado. Sectores como la ciudadela Fátima, también en la parroquia Francisco Pacheco, y la calle Che Guevara, en la ciudadela Briones, enfrentan riesgos similares. En gran parte de sus colinas con quebradas también hay decenas de viviendas en riesgo.
En abril del 2023, la ciudadela Fátima fue declarada en alerta naranja por deslizamientos. Entonces se dispuso la reubicación de casi 30 familias, pero no todas se fueron. La situación empeoró el lunes pasado, cuando una familia de cuatro integrantes murió sepultada por un deslizamiento de tierra.
El Municipio de Portoviejo amplió la alerta naranja hasta la zona de la tragedia y dispuso la reubicación de 221 familias de manera inmediata. Este hecho puso nuevamente sobre la mesa un problema histórico en Portoviejo: la construcción desordenada en zonas naturalmente vulnerables.
Familias temen deslizamiento y piden ser reubicadas
José Luis Feiz señala que las familias de su sector están conscientes del peligro. Recuerda que la situación empeoró desde el terremoto del 2016, lo que provocó que las grietas se hicieran cada vez más profundas. También cuestiona la falta de control de parte de las autoridades y la irresponsabilidad de las familias de instalarse en zonas de alto riesgo, pero sobre esto último tiene una reflexión.
“A veces esto pasa porque la gente no tiene más opciones. No hay adónde ir. Pero sí, tenemos que salir de aquí y demoler estas casas de una vez”, añade el dirigente. Hermelinda Intriago, vecina del sector, salió de la zona de peligro hace seis meses. Su casa está al pie de una quebrada y cuenta que por temor a que ocurra un deslizamiento decidió arrendar una vivienda junto a su esposo.
Por su parte, el municipio evalúa alternativas legales para apoyar a los afectados, como una posible declaratoria de alerta naranja en Subidita al Cielo. Roberto Briones, director de Riesgos de la entidad, dijo que aunque los albergues son un pedido de los afectados, estos se consideran una última opción por sus limitaciones normativas. Indicó que la prioridad es encontrar lotes viables para la reubicación.

Las lluvias de esta semana dejaron afectaciones
Las fuertes precipitaciones en Portoviejo agravaron la situación en Subidita al Cielo, dejando dos casas con daños estructurales. La dirección de Riesgos municipal identificó un polígono de afectación con grietas profundas y bajada de sedimentos, clasificando la zona como de alto riesgo.
El levantamiento de información, realizado junto a la Dirección de Desarrollo Humano y Social, busca catalogar las necesidades de estas familias para gestionar su reubicación. Sin embargo, la falta de legalidad en los predios complica el proceso, ya que muchas viviendas carecen de estructuras adecuadas o escrituras, un problema que se remonta a décadas de asentamientos descontrolados.
Las familias, conscientes del peligro de deslizamiento, urgen medidas concretas, mientras las autoridades buscan equilibrar legalidad y acción inmediata ante un desastre potencial como el ocurrido en la ciudadela Fátima. A nivel de cantón, son 478 las familias de cuatro sectores las que deben ser reubicadas, según el Municipio de Portoviejo.
Yuliana Marín