El anuncio de la llegada del argentino Gustavo Costas al banquillo de la selección boliviana abre un nuevo capítulo, en medio de ilusión y escepticismo, en la campaña del país para volver a un Mundial de fútbol casi tres décadas después de su histórica clasificación al de Estados Unidos en 1994.
El objetivo de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) para Costas está trazado y es lograr un cupo al Mundial de 2026 que organizarán en conjunto Canadá, México y Estados Unidos.
Los dirigentes bolivianos confían en la capacidad demostrada por el argentino en el fútbol sudamericano, en el que logró títulos nacionales con clubes como el Alianza Lima peruano, el Cerro Porteño paraguayo y el Independiente Santa Fe colombiano.
La tarea no será sencilla, pues Bolivia viene arrastrando desde hace años una serie de problemas que futbolistas, periodistas e hinchas reiteran hasta el cansancio, entre ellos las peleas entre dirigentes, la falta de infraestructuras adecuadas para la preparación y una formación comprometida desde las divisiones de menores.
Todo esto suele repercutir en el desempeño de la selección absoluta, que no ha podido volver a un mundial desde la hazaña lograda en la campaña de 1993 bajo la conducción del español Xabier Azkargorta y un plantel en el que destacaron Marco Antonio ‘El Diablo’ Etcheverry y los capitanes Carlos Borja y Milton Melgar, entre otros jugadores.
SITUACIÓN ACTUAL
Como ocurrió en las eliminatorias a los mundiales de Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018, la Verde terminó en el penúltimo puesto en la clasificatoria sudamericana a Catar 2022 con tan solo cuatro triunfos y tres empates logrados al mando del venezolano César Farías.
El único orgullo boliviano fue tener en sus filas al máximo artillero de las eliminatorias a Catar, el internacional Marcelo Martins Moreno, que anotó 10 goles, superando por dos al brasileño Neymar y al uruguayo Luis Suárez y por tres a los argentinos Lionel Messi y Lautaro Martínez.
A nivel de clubes, la situación tampoco ha sido la mejor, ya que ninguno de los representantes bolivianos en las copas Libertadores y Sudamericana logró pasar de las primeras fases o de las etapas de grupos.
Únicamente el The Strongest pasó de la Libertadores a la Sudamericana tras quedar como tercero en su grupo, aunque fue eliminado al perder sus dos partidos ante el Ceará brasileño.
DUDAS Y RESPALDOS
En declaraciones a Efe, Milton Melgar dijo conocer “muy bien” a Gustavo Costas, de quien dijo “es un gran entrenador”, pero consideró que “el problema del fútbol boliviano no pasa por el entrenador”.
“Nada que discutir con los buenos entrenadores que han venido, y algunos que también han mentido en su paso por la selección boliviana. Pero de los buenos entrenadores, yo lamento mucho que hayan pasado y que no se los haya aprovechado por la falta de un proyecto serio”, manifestó.
El excapitán sumó a esto otras dificultades en la liga y las asociaciones regionales de fútbol, como las impugnaciones o las deudas de los clubes con sus jugadores, por lo que consideró que “ha habido un atraso más que importante en el fútbol boliviano por la falta de seriedad de los dirigentes”.
A su juicio, se requiere un proyecto de mediano o largo plazo con proyección y un trabajo que comience desde las divisiones inferiores, que sea continuo y ofrezca todas las condiciones para la preparación de futbolistas.
Para Melgar, “se juntaron muchas cosas favorables” cuando se logró clasificar al Mundial de 1994 y expresó su deseo de que Bolivia pueda volver a esa cita internacional.
“También me gustaría ir a ver a mi selección en un mundial, no solamente jactarme de que fui al mundial”, indicó.
En declaraciones a Efe, el ‘Bigotón’ Azkargorta consideró que la decisión de contratar a Costas “ha sido transparente”.
El vasco evitó hablar sobre la situación del fútbol boliviano y sostuvo que está “sólo para apoyar”, y que “sea quien sea el que vaya a ocupar el cargo, siempre contará” con su respaldo.
Azkargorta dijo no saber el por qué Bolivia no ha podido volver a un mundial desde hace casi 30 años, “pero esa es la realidad y espero que no sea más tiempo, que en el próximo, si la frase esa de dos palabras se puede, se pueda”.